Alertan sobre el riesgo cardiovascular de las migrañas
Por Alejandra Folgarait
La migraña, que afecta a unas mil millones de personas en el mundo, no sólo es una de las cefaleas más dolorosas que puede experimentar un ser humano. También es un factor de riesgo cardiovascular habitualmente pasado por alto, según un estudio danés publicado recientemente en el British Medical Journal.
La migraña es una cefalea neurovascular que suele comenzar antes de los 50 años y que se caracteriza por el dolor de cabeza -a veces invalidante- asociado a náuseas, vómitos e hipersensibilidad a estímulos sonoros, lumínicos u olfatorios. Más frecuente en mujeres que en hombres, la migraña tiene una prevalencia del 10 al 20% de la población y es una importante causa de discapacidad. Aunque el riesgo cardiovascular absoluto de la migraña se considera bajo a nivel individual, los especialistas advierten que podría tener alto impacto a nivel poblacional.
El reciente estudio danés, encabezado por el epidemiólogo Kasper Aldeborg, analizó la incidencia de distintos problemas cardiovasculares en más de 50.000 dinamarqueses con migraña –diagnosticada en promedio a los 35 años-, y los comparó con más de medio millón de personas similares en edad y sexo, pero sin diagnóstico de migraña. Todos los datos analizados se obtuvieron de registros nacionales de Dinamarca y la mayoría de pacientes con migraña fueron identificados por su prescripción de fármacos (triptanos o ergotamina).
Tras un seguimiento de 19 años, la migraña en estos pacientes se asoció con un aumento del riesgo de infarto de miocardio, ataque cerebrovascular (ACV) isquémico y hemorrágico, tromboembolismo venoso y fibrilación auricular. De hecho, descubrieron los investigadores, las personas con migraña tienen un 49% más de riesgo de ataque cardíaco y 59% más riesgo de trombosis en las piernas que las personas que no padecen este tipo de cefaleas. En cuanto al ACV, las personas con migraña casi duplicaron el riesgo de padecerlo en este estudio.
La asociación observada entre migraña y eventos cardiovasculares fue especialmente marcada en las mujeres y en quienes padecían migraña con aura (alteraciones sensoriales que se producen antes de que se inicie el dolor de cabeza intenso). El incremento en el riesgo se mantuvo incluso después de ajustar los datos por tabaquismo e Índice de Masa Corporal en una subcohorte femenina.
Para su sorpresa, los investigadores de las universidades de Aarhus (Dinamarca) y Stanford (Estados Unidos) encontraron que el riesgo de ACV fue mayor durante el año siguiente al diagnóstico de migraña. En cambio, la migraña no se vinculó significativamente con enfermedad arterial periférica ni con insuficiencia cardíaca a lo largo del estudio.
Factor de riesgo
¿A qué se debe la asociación de la migraña con problemas cardiovasculares? Se han propuesto varias teorías, desde la depresión programada cortical y la hipercoagulabilidad a la disfunción endotelial, pero lo cierto es que no se conoce con certeza el mecanismo que vincula a las enfermedades cardíacas con la migraña. En los últimos tiempos, se apuntó al foramen oval permeable –una conexión congénita entre las aurículas cardíacas- como factor interviniente en las migrañas y el stroke, pero el tema aún está en discusión.
Aunque el reciente algoritmo británico QRISK 3 incluye a la migraña como variable para calcular el riesgo cardiovascular a 10 años, la mayoría de los médicos no asocian todavía a esta cefalea más que con el ACV. “Es importante que los cardiólogos tomen en cuenta a la migraña, especialmente a la que se presenta con aura, como un factor de riesgo asociado a enfermedad cardiovascular”, subraya María Fernanda Díaz, directora del Consejo de Stroke de la SAC.
Por su parte, el neurólogo Gabriel Persi, secretario científico del mismo Consejo, apunta: “Se sabía que la migraña con aura aumenta el stroke, pero lo novedoso de este estudio es que también encuentra una asociación entre la migraña sin aura y los eventos cardiovasculares”. Si bien es cierto que la tasa de eventos fue muy baja en los casi 20 años del estudio y la mayoría se produjeron al año del diagnóstico -lo cual es muy curioso y podría indicar un sesgo, dice Persi- “hay que incluir a la migraña a la hora de evaluar a los pacientes cardíacos”, afirma el jefe de Enfermedades Cerebrovasculares de INEBA.
¿Habría que implementar algún tratamiento preventivo en pacientes con migraña? “Si bien las guías actuales no aconsejan usar aspirina o clopidogrel en la profilaxis de la migraña, los médicos deberían evaluar el beneficio del tratamiento anticoagulante en pacientes con alto riesgo cardiovascular”, escriben los investigadores daneses en el BMJ.
Díaz, especialista en Terapia Intensiva Neurológica y jefa de Calidad de FLENI, no recomienda el tratamiento con aspirina para prevención primaria en forma rutinaria, aunque aclara que podría utilizarse en casos especiales. “Hay que apuntar a disminuir los factores de riesgo clásicos, como el tabaquismo, la dislipidemia, el sedentarismo y la hipertensión. Y hay que advertir a las jóvenes que padecen migraña con aura que no se aconseja tomar anticonceptivos orales”, dice la directora del Consejo de Stroke.
Persi agrega que los pacientes con migraña toman mucha medicación y que ésta podría haber influido en los resultados del estudio, ya que se ha sugerido que la ergotamina provoca vasoconstricción y podría llevar a isquemias, “pero no hay estudios grandes que ofrezcan evidencias sobre ello”. En cuanto a la aspirina y otros antiagregantes plaquetarios, Persi opina que pueden utilizarse en pacientes que tienen migraña con aura y otros factores de riesgo cardiovascular, pero enfatiza que el tratamiento anticoagulante no está indicado en estos pacientes.