Calcio: ¿aumenta el riesgo cardiovascular?
Por Alejandra Folgarait
La polémica sobre el rol del calcio en la enfermedad cardiovascular se alimentó recientemente con los resultados contradictorios de distintos estudios. Por un lado, los investigadores del estudio MESA observaron un aumento del riesgo en quienes consumían suplementos de calcio, pero no en quienes incorporaban calcio de fuentes alimentarias naturales. Por otro lado, un meta-análisis concluyó que consumir calcio no aumenta el riesgo cardiovascular. Finalmente, un documento conjunto de la National Osteoporosis Foundation (NOF) de Estados Unidos y la American Society for Preventive Cardiology (ASPC) aseguró que el consumo diario de calcio –ya sea por vía dietaria o suplementaria- es “seguro para la salud cardiovascular en las dosis recomendadas”.
La osteoporosis es una de las enfermedades que aumentan junto con el envejecimiento poblacional. Caracterizada por una disminución de la densidad ósea, la osteoporosis es más frecuente en las mujeres posmenopáusicas que en los hombres y es una de las principales causas de fracturas en los adultos mayores. Según datos de la International Osteoporosis Foundation, 1 de cada 3 mujeres mayores de 50 años experimentarán una fractura osteoporótica, mientras que le ocurrirá lo mismo a 1 de cada 5 hombres de la misma edad.
Ante esta situación, muchos especialistas recomiendan un aumento en el consumo de lácteos y, también, fortificación con suplementos diarios de calcio. Sin embargo, otros temen que el calcio se deposite en los vasos sanguíneos y contribuya a la aterosclerosis u otros problemas cardiovasculares. Después de todo, en un ensayo clínico publicado en la revista Menopause, el 9% de las mujeres que tomaron suplementos de calcio (200 mg citrato de calcio) y vitamina D sufrieron hipercalcemia, mientras que el 30% mostraron niveles altos de calcio en la orina.
Controversia
Lo cierto es que el calcio es un nutriente esencial para mantener la salud de los huesos. Una mínima proporción del calcio (1%) también participa en la regulación de la contracción de los vasos sanguíneos y los músculos, además de la neurotransmisión de impulsos. Por su parte, la vitamina D permite la absorción del calcio en el intestino. Ambos son fundamentales para la mineralización ósea, pero el exceso de calcio puede traer problemas a nivel renal y gastrointestinal.
En 2010, un meta-análisis concluyó que, efectivamente, el consumo de calcio aumentaba el riesgo de infarto de miocardio. Un análisis posterior del estudio Women Health Iniciative (WHI) también mostró que el uso de suplementos de calcio (con o sin vitamina D) aumentaba modestamente el riesgo de infarto cardíaco y cerebral. Por otra parte, el consumo de más de 1.400 mg diarios de calcio se asoció en un estudio sueco de mamografías con mayor mortalidad por todas las causas y por enfermedad cardiovascular, pero no por ACV.
Otros estudios, en cambio, no encontraron asociación entre consumo de calcio y eventos cardiovasculares. En este sentido, una nueva revisión sistemática de estudios, publicada en Annals of Internal Medicine tampoco encontró relación entre los suplementos de calcio y las enfermedades cardiovasculares.
El reciente meta-análisis, encabezado por Mei Chung, de la Universidad Tufts, en Estados Unidos, incluyó 27 estudios observacionales y 4 randomizados. Los ensayos clínicos no hallaron diferencias significativas en el riesgo de eventos y mortalidad cardiovascular entre los grupos que recibían suplementos de calcio (con o sin agregado de vitamina D) y los que recibían placebo. Los estudios longitudinales no mostraron tampoco una relación dosis-respuesta consistente entre los niveles de calcio ingeridos –con la dieta o a través de suplementos- y la morbi-mortalidad cardiovascular. “La ingesta de calcio dentro de niveles máximos tolerables (2.000 a 2.500 mg diarios) no se asocia con riesgo cardiovascular en sujetos sanos”, concluyeron los autores del nuevo meta-análisis, que sirvió de base para la actualización de guías sobre osteoporosis.
Quizás una de las claves de la acción positiva o negativa del calcio se vincule con su origen. Los resultados del Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis (MESA) publicados en el Journal of the American Heart Association revelan que, al cabo de 10 años de seguimiento, quienes consumen altos niveles de calcio de una fuente natural (alimentos) tienen un 27% menos de riesgo de aterosclerosis, mientras que los que ingieren suplementos de calcio muestran un riesgo mayor de aterosclerosis (calcificación de la arteria coronaria detectada mediante tomografía computada). “La suplementación con calcio fue asociada con un aumento del 22% en el riesgo de calcificación arterial coronaria en una población multiétnica, incluso después de ajustar por función renal”, aclaró Erin Michos, investigadora de la Universidad Johns Hopkins University y una de las autoras del estudio MESA.
¿Cuál sería el mecanismo por el cual el calcio suplementado aumenta el riesgo? El depósito en el tejido vascular y la producción de coágulos son dos de las hipótesis propuestas por los especialistas. “Los suplementos de calcio se absorben con mayor velocidad que los alimentos y generan picos de concentración que pueden derivarse al hueso o depositarse en lugares ectópicos”, explica la cardióloga y nutricionista Paola Harwicz. En este sentido, “no hay dudas de que la mejor fuente de calcio es la alimentación (leche, yogur, quesos, sardinas, semillas de sésamo, brócoli, espinacas, porotos, almendras y los alimentos enriquecidos con calcio)”, dice Harwicz.
Las dosis necesarias para la salud cardíaca y ósea también están en discusión. Para prevenir la osteoporosis, el Institute of Medicine de Estados Unidos recomienda que las personas entre 19 y 50 años consuman como mínimo 1.000 mg diarios de calcio. Después de esa edad, para las mujeres mayores de 50 años y para los hombres mayores de 70 el consejo es aumentar a 1.200 mg diarios de calcio.
Harwicz confirma que esos son los valores recomendados también en la Argentina para las mujeres posmenopáusicas y, también, para las embarazadas. “La cuestión es si las personas mayores y las mujeres con signos de osteoporosis llegan a consumir 1.200 mg sólo a través de los alimentos. No hay que olvidar que los alimentos verdes tienen antinutrientes que frenan la absorción del calcio, por lo que es preciso consumir muchos más vegetales verdes para obtener una cantidad adecuada de calcio”, señala la cardióloga de la SAC.
Si bien la nueva guía estadounidense de osteoporosis establece que “no es necesario discontinuar los suplementos de calcio por razones de seguridad y hacerlo puede ser riesgoso para la salud ósea cuando la ingesta a través de los alimentos es subóptima”, Harwicz recomienda a los cardiólogos prudencia a la hora de sugerir suplementos de calcio si sus pacientes adhieren a una alimentación con aporte adecuado de este mineral, o los pacientes han tenido un evento cardiovascular o presentan calcificación en sus arterias. “Como profesionales de la salud, debemos promover la actividad física, dado que el ejercicio es un estímulo muy potente para fortalecer los huesos”, agrega la especialista de la SAC.