Día de la Mujer: ¿Qué hay detrás de la atención desigual ante un infarto?
Por Alejandra Folgarait
El Día Internacional de la Mujer, liderado por Naciones Unidas, subraya este año la necesidad de obtener paridad entre los géneros y visibilizar los obstáculos que enfrentan las mujeres a diario. Uno de ellos es la brecha salarial, que en promedio es del 23% entre mujeres y hombres en el mundo. Otro de los problemas es la atención desigual de la salud de las mujeres, un dilema que se constata también en las pacientes cardiológicas jóvenes, que suelen morir por infartos de miocardio más frecuentemente que los hombres.
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte femenina en el mundo. En la Argentina, una de cada tres mujeres muere por causa cardiovascular, una cifra más alta que el riesgo femenino de cáncer de mama (1 de cada 8 mujeres).
Según mostró recientemente el estudio VIRGO (Variation in Recovery: Role of Gender on Outcomes of Young AMI Patients), mujeres y hombres sufren igualmente infartos de miocardio, pero los síntomas suelen atribuirse más frecuentemente a la ansiedad o el estrés en ellas. De hecho, 57% de las mujeres estudiadas reportaron que sus síntomas en los días previos a un infarto no fueron asociados con el corazón por el proveedor de salud, mientras que lo mismo le ocurrió al 37% de los hombres.
Si bien tanto en hombres como mujeres el dolor de pecho es el síntoma más frecuente del infarto de miocardio con elevación del ST, el estudio de 2009 mujeres y 976 hombres estadounidenses de 18 a 55 años mostró que las mujeres suelen presentarse con más síntomas asociados: palpitaciones; síntomas epigástricos (náuseas, dolor de estómago, ardor), dolor o molestias en la mandíbula, el cuello, los brazos o entre los omóplatos; disnea o fatiga. El nuevo análisis, publicado en un número especial de la revista Circulation dedicado a la campaña Go Red for Woman, también confirmó que las mujeres jóvenes tienen más riesgo que los hombres de sufrir infartos sin dolor de pecho (OR 1,51).
“La mayoría de los estudios cardiológicos incluyen menos de 30% de mujeres, por lo cual hay que destacar en primer lugar que en este trabajo la proporción de mujeres respecto de hombres fue de 2 a 1”, evalúa Ana Salvati, vicepresidenta de la SAC. “El estudio también tira por tierra el mito de que las mujeres no sufren dolor de pecho. Ellas también sufren dolor u opresión en el pecho o en los brazos, pero esto va acompañado muchas veces por otros síntomas, como el agotamiento, las náuseas, el dolor en la boca del estómago o las palpitaciones, que distraen del diagnóstico cardíaco”, agrega Salvati.
A pesar de tener factores clásicos de riesgo cardiovascular, el 40% de las mujeres del estudio VIRGO no había pensado que podía sufrir un infarto de miocardio. Las mujeres, en general, tampoco son conscientes de que otros factores (como la hipertensión asociada al embarazo, la pre-eclampsia y las enfermedades sistémicas autoinmunes) aumentan su riesgo coronario.
“Antes se consideraba que la mujer estaba protegida de la enfermedad coronaria, ahora sabemos que no es así”, señala Verónica Volberg, coordinadora del área de Corazón y Mujer de la SAC. “Hay que estar alerta porque las mujeres se infartan igual que los hombres y también hay que controlar los factores de riesgo en las mujeres: que dejen de fumar, que abandonen el sedentarismo y se controlen la presión arterial y el colesterol”, desliza la cardióloga argentina.
Asimetría y prejuicios
Tras un infarto de miocardio severo, las mujeres tienen tres veces más probabilidad de morir que los hombres debido a la asimetría en el cuidado y tratamiento, de acuerdo con un reciente estudio sueco, publicado en JAHA. Los investigadores escandinavos observaron que las mujeres tienen 34% menos probabilidades que los hombres de ser tratadas con procedimientos para desobstruir arterias coronarias (stents, by-pass). “Si el tratamiento fuera igual para ambos sexos, las diferencias en la supervivencia de hombres y mujeres sería menor y se reducirían las muertes cardiovasculares prematuras en las mujeres”, concluyeron Tomas Jernberg, del Instituto Karolinska, y sus colegas.
La atribución de los síntomas femeninos a la ansiedad, en lugar de a un infarto de miocardio, no sólo es un tema de los médicos sino también de las propias mujeres. El estudio de Circulation encabezado por Judith Lichtman, de la Escuela de Salud Pública de Yale, mostró que las mujeres son más propensas que los hombres a percibir sus síntomas como producto de la ansiedad o el estrés (20,9 vs 11,8%).
La situación de las mujeres es más compleja porque es frecuente que factores emocionales disparen en ellas enfermedades cardiovasculares. Una de las patologías asociadas al estrés emocional es el síndrome de Takotsubo, una condición que afecta hasta al 10% de las mujeres que llegan a una guardia con síntomas de infarto, pero que en realidad no lo es.
Por otra parte, un flamante estudio, realizado en el hospital Cedars-Sinai de Los Ángeles con más de 340 mujeres de presunto bajo riesgo cardiovascular, reveló que el 8% tenía huellas en su corazón de haber sufrido un infarto sin tener las arterias coronarias obstruidas, una condición que se conoce con las siglas INOCA (Ischemia and No Obstructive Coronary Artery disease). A pesar de que las imágenes de resonancia nuclear cardíaca lo revelaban, un tercio de ellas nunca había recibido un diagnóstico de infarto de miocardio ni tratamiento para el dolor de pecho del que se quejaban, de acuerdo con los investigadores del estudio WISE, encabezados por Janet Wei.
“Hay que terminar con la idea médica de que mujer joven es sinónimo de bajo riesgo cardiovascular y prestar la misma atención a los síntomas que presentan las mujeres y los hombres, jerarquizando los que pueden ser más graves”, insiste Salvati. “También las mujeres debemos tomar conciencia de que podemos sufrir un infarto a cualquier edad y que debemos consultar ante los primeros síntomas, ya que un dolor o una opresión pueden dar aviso varios días antes de que se produzca un infarto”.
A partir de la firma de un convenio con la American Heart Association en 2017, la SAC se sumó a la campaña Go Red for Women y planea distintas actividades para este año, desde un simposio sobre la enfermedad cardiovascular en la mujer hasta diferentes mesas de debate en el Congreso Argentino de Cardiología, que se realizará en octubre próximo.
Además, el 8 de marzo la SAC lanza una Encuesta de Satisfacción Profesional, diseñada por el área de Corazón y Mujer, para evaluar las dificultades que encuentran las mujeres versus los hombres tanto en la formación como en el trabajo profesional.