El fantasma de la polio y la CIA

Por Alejandra Folgarait

El fantasma de la polio y la CIA

Parece una novela de espionaje pero es la más cruda realidad. La CIA organizó, en 2011, una falsa campaña de vacunación contra la hepatitis B en Pakistán para rastrear el paradero de Osama Bin Laden. La estratagema de la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos no obtuvo los resultados deseados, pero generó un inesperado daño colateral: los taliban declararon la guerra a la vacunación infantil; decenas de agentes vacunadores fueron posteriormente asesinados; y la poliomielitis resurgió con fuerza en la región.

La Administración Obama confirmó recientemente la operación de la CIA, según publicó la revista The Lancet, y los detalles salieron a la luz.

En 2011, un equipo de agentes sanitarios vestidos de blanco llegó a Abbotabad, el pueblo pakistaní donde presuntamente se alojaba Osama Bin Laden. Con la excusa de vacunar a los niños contra la hepatitis B, los agentes se proponían obtener el ADN de los hijos del terrorista más buscado del mundo, para cotejarlo con el de una de las hermanas y confirmar la presencia de Bin Laden en el pueblo. Finalmente, el paradero del líder de Al-Qaeda fue descubierto por otros medios.

El médico que armó la campaña falsa, Shakil Afridi, confesó que había sido reclutado por la CIA a través de la organización Save the Children (que denegó las acusaciones). Afridi fue condenado a 23 años de prisión en Pakistán. Desde entonces, decenas de vacunadores fueron asesinados o acusados de ser espías. Y, si bien el país ya era un lugar donde el virus de la polio circulaba libremente, los casos desde entonces se multiplicaron.

Una docena de rectores de escuelas de salud pública de los Estados Unidos dirigieron en enero de 2013 una carta pública al presidente Barack Obama reclamándole no mezclar política y vacunación. El 16 de mayo pasado, la asesora presidencial de Seguridad, Lisa Monaco, contestó por escrito a los académicos, prometiendo que los organismos de inteligencia no volverán a cometer un error así.

Lo cierto es que, cuando todo el mundo se preparaba para la erradicación definitiva de la polio, el virus volvió con fuerza. Entre los años 2012 y 2013, los casos de poliovirus salvaje aumentaron un 86% en el mundo. El año pasado, se reportaron 93 casos de polio en Pakistan. Hasta el 25 de junio de este año, los casos allí sumaban 83, según la organización público-privada Global Polio Erradication Initiative.

Los especialistas coinciden en que el aumento de los casos estaría relacionado con la prohibición de vacunar emitida por los taliban tras el episodio Bin Laden.

Además de los casos registrados en países endémicos -Pakistán, Nigeria y Afganistán-, en 2014 se han registrado casos de poliovirus salvaje en Guinea Ecuatorial, Siria, Irak, Camerún, Etiopía, Somalia y Kenia. Ante esta situación y las crecientes migraciones debido a los conflictos armados, el 5 de mayo pasado la OMS emitió un alerta mundial.

 

El fantasma de la polio y la CIA
Mapa de los países con casos de parálisis por poliovirus salvaje. Crédito: The Global Polio Eradication Initiative.

Situación de la polio en América latina


El virus salvaje de la polio fue erradicado del continente americano en 1994. Si bien la OMS acaba de confirmar el hallazgo del virus de la polio salvaje tipo 1 en cloacas de San Pablo -probablemente traído por una persona de Guinea Ecuatorial-, no existe actualmente ningún caso de poliomielitis en Brasil.

“El hallazgo de poliovirus salvaje en desperdicios cloacales no es una buena noticia, dado que la circulación del virus obliga a extremar las coberturas de vacunación para evitar su diseminación”, apunta Eduardo López, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica y jefe de Medicina del Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez”, de Buenos Aires.

Según el Ministerio de Salud de la Nación, en la Argentina no se registran casos de poliomielitis desde 1984 y la cobertura actual de vacunación ronda el 92%. Las autoridades sanitarias están alerta a la aparición de parálisis fláccida aguda, un síndrome que puede presentarse a consecuencia de la vacuna oral, del virus salvaje de la polio o por otras causas.

En el país se han confirmado en los últimos años tres casos de poliovirus derivado de la vacuna Sabin y se analizan continuamente los casos notificados de parálisis fláccida aguda en menores de 15 años para identificar su causa.

¿Cómo puede la vacuna oral generar parálisis? La Sabin contiene virus atenuados de la polio de tres tipos (1, 2, 3). Los individuos sanos vacunados excretan partículas de estos virus a las heces durante seis a ocho semanas, hasta que montan una respuesta inmune. Durante este lapso, se puede producir un contagio a personas no vacunadas por vía oral-fecal.

Los pacientes inmunocomprometidos que reciben la vacuna oral pueden excretar el virus en sus heces durante más tiempo. Estos virus circulantes pueden mutar y volverse virulentos, poniendo en riesgo a los individuos no vacunados y, también, a los inmunocomprometidos.

El Ministerio de Salud de Argentina anunció que reforzará la campaña infantil de vacunación antipoliomielítica a partir de septiembre, tanto con la vacuna oral (para niños sanos de 1 a 4 años) como con la inyectable (para inmunocomprometidos). “Todos recibirán una dosis extra de vacuna antipoliomielítica para llegar al 95% de la cobertura y disminuir el riesgo de contagio”, confirma Carla Vizzotti, jefa del Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud de la Nación, quien advierte que “mientras exista un caso de polio en el mundo, el riesgo de importación existe”.

Por su parte, la Sociedad Argentina de Pediatría emitió un documento sobre la emergencia mundial de poliomielitis. En cuanto a la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica (SADIP), recomendó que la Argentina comience a vacunar a toda la población con la vacuna inyectable inactivada (Salk), para eliminar el riesgo de circulación de virus derivados de la vacuna oral.

 

Recomendación para viajeros


La OMS recomienda recibir una dosis de vacuna antipoliomielítica entre cuatro semanas y un año antes de visitar Siria, Pakistán, Afganistán, Iraq, Israel, Camerún, Nigeria, Etiopía, Somalía, Kenia y Guinea Ecuatorial. Quienes tienen que viajar en forma imprevista a esos países deberían recibir una dosis antes de subir al avión. Pero no se requiere que los argentinos se vacunen contra la polio para viajar a Brasil.

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