El infarto oculto es frecuente en pacientes asintomáticos con diabetes
La prevalencia del infarto de miocardio no reconocido es del 19% en los pacientes diabéticos sin antecedentes cardíacos, de acuerdo con una reciente investigación norteamericana realizada con resonancia magnética cardíaca. Aunque se encuentren asintomáticos, los pacientes diabéticos con infarto de miocardio oculto tienen 8 veces más riesgo de morir y padecer un infarto clínico que los pacientes sin infartos silentes, según reveló el estudio publicado en Diabetes Care. Los investigadores sugieren que tal vez habría que evaluar con resonancia magnética cardíaca a todos los pacientes diabéticos, tengan síntomas coronarios o no, para instrumentar tratamientos agresivos en forma temprana que reduzcan su riesgo a futuro.
Se sabía que el infarto oculto aumenta el riesgo cardiovascular de los pacientes diabéticos sintomáticos, pero hasta el momento no se conocía su prevalencia y pronóstico en pacientes asintomáticos. El nuevo estudio prospectivo, liderado por Michael Elliott, de la Duke University, reclutó a 120 pacientes diabéticos en dos centros hospitalarios, 50 de los cuales fueron englobados como de alto riesgo (con diabetes tipo 1 y nefropatía avanzada, candidatos a trasplante de páncreas y/o riñón) mientras que 70 fueron categorizados como de riesgo medio (diabetes tipo 2, sin insuficiencia renal). Todos fueron estudiados mediante resonancia magnética con realce tardío de gadolinio y electrocardiograma.
El 28% de los pacientes de alto riesgo mostraron en la resonancia señales de infarto de miocardio no detectado mediante electrocardiograma, mientras que el 13% de los pacientes de riesgo medio habían sufrido un infarto oculto. EL ECG solo detectó necrosis en un 5%, evidenciando una baja sensibilidad.
Tras casi 5 años de seguimiento, los investigadores encontraron que el endpoint combinado de mortalidad e infarto clínico había sido mucho mayor en quienes habían tenido un infarto no reconocido que en quienes no habían tenido un evento de estas características, tanto en el grupo de pacientes de alto como de mediano riesgo.
Es preciso destacar, según los científicos, que los infartos ocultos sufridos por los pacientes diabéticos fueron generalmente pequeños (5% del ventrículo izquierdo) y mayormente no detectables por electrocardiografía. En cuanto a la fracción de eyección, se mantuvo conservada en todos los casos.
“Es un estudio muy interesante porque incluye a la resonancia magnética cardíaca, que está teniendo mucha fuerza, en la evaluación de pacientes diabéticos y porque abre la puerta para incluir pacientes asintomáticos como pacientes de alto riesgo en el futuro”, evalúa Mario Boskis, director del Consejo de Cardiología Clínica y Terapéutica de la SAC.
Boskis recuerda que la diabetes duplica el riesgo de enfermedad coronaria y cuadruplica el riesgo de morir por causas cardiovasculares. “Por lo tanto, es importante detectar en etapa asintomática a los pacientes con mayor riesgo para poder hacer prevención”, señala el cardiólogo.
Si bien las guías ACC/AHA no recomiendan hacer ninguna prueba cardíaca (eco-stress, perfusión nuclear o angiografía computada) en pacientes asintomáticos, las nuevas modalidades de imágenes abren perspectivas interesantes para determinar el riesgo de los pacientes diabéticos y la conveniencia de instaurar tratamientos agresivos en forma temprana.
¿Correspondería a partir de ahora hacer screening de todos los pacientes diabéticos con resonancia magnética? “El estudio es pequeño para sacar una conclusión al respecto y, además, hay que subrayar que el uso de gadolinio como sustancia de contraste está contraindicado actualmente en pacientes con insuficiencia renal avanzada, que es la población analizada en el estudio”, advierte Hugo Sanabria, director de Consejo de Cardiometabolismo de la SAC.
“Lo cierto es que tenemos que seguir buscando herramientas y estudios complementarios que nos permitan discriminar el riesgo de los pacientes con diabetes, que son una población más heterogénea de lo que se creía hasta poco tiempo atrás”, dice el también jefe de Diabetes del ICBA.
Boskis acuerda en que todavía es prematuro definir el uso generalizado de resonancia magnética cardíaca en pacientes diabéticos asintomáticos. “Hay que ser prudentes y esperar estudios con mayor volumen de pacientes, además de evaluar el costo-beneficio de hacer screening con resonancia en la población diabética”, dice el cardiólogo clínico.
Con todo, Boskis destaca que la prevalencia de infarto oculto (en 23 de los 120 pacientes de la cohorte) y el riesgo de eventos (16% anual en quienes tuvieron infarto no reconocido vs. 1,8% en quienes no lo tuvieron), resultaron muy elevados en pacientes asintomáticos, por lo que la resonancia magnética cardíaca debe considerarse como una herramienta útil en ciertos pacientes. Después de todo, el estudio mostró que el infarto no reconocido es un factor de mal pronóstico independientemente de los factores de riesgo tradicionales.
Por Alejandra Folgarait