Fibrilación auricular y ACV: la promesa de los nuevos anticoagulantes orales
Por Alejandra Folgarait
La fibrilación auricular es la arritmia cardíaca más común y la responsable de 1 de cada 6 accidentes cerebrovasculares (ACV). A pesar de que los anticoagulantes previenen alrededor del 70% de los ACV, sólo un tercio de los pacientes que necesitan estos fármacos los reciben.
Los dicumarínicos (como la warfarina y el acenocumarol) son hoy el tratamiento estándar para reducir el riesgo de ACV como consecuencia de la fibrilación auricular (FA). Sin embargo, estos fármacos son los que más se asocian a efectos adversos que requieren hospitalización en los mayores de 65 años. Además, los dicumarínicos precisan un monitoreo hematológico frecuente, imponen evitar los alimentos con vitamina K, presentan muchas interacciones con otros medicamentos y, quizás lo más preocupante, se asocian con un aumento de hemorragia cerebral.
En este contexto, la aparición de nuevas drogas anticoagulantes orales –dabigatrán, rivaroxabán, apixabán- promete revolucionar el tratamiento de la fibrilación auricular, modificando el escenario futuro de las enfermedades neurológicas.
El estudio ARISTOTLE reveló que el apixabán disminuye un 31% el riesgo de hemorragia mayor, comparado con warfarina. Un nuevo análisis publicado en el Journal of the Amercian College of Cardiology muestra ahora que este inhibidor del factor de coagulación X reduce a la mitad la muerte 30 días después de una hemorragia mayor, y disminuye tanto los sangrados intracraneales como las consecuencias adversas de las hemorragias extracraneales.
Si bien el estudio muestra que el 31% de las hemorragias ocurrieron en el tracto gastrointestinal, el 22% fueron intracraneales y el 10%, en tejidos blandos, los pacientes tratados con apixabán presentaron en general menos sangrado que los que recibieron warfarina.
Los investigadores encontraron que tener más de 70 años, un antecedente de ACV o isquemia transitoria aguda previa, diabetes, disminución del hematocrito, bajo clearence de creatinina, el uso de aspirina o de anti-inflamatorios no esteroides son factores independientemente asociados con un mayor riesgo de hemorragia mayor.
“Lo importante del nuevo estudio con apixabán es que confirma la reducción de hemorragia intracraneal y que disminuye la mortalidad”, señala el cardiólogo Gastón Albina, subjefe de Electrofisiología del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA), quien subraya que la disminución del sangrado cerebral también se observó en los estudios con dabigatrán y rivaroxabán.
Los nuevos anticoagulantes orales no son inferiores al tratamiento estándar (warfarina) y son de más fácil manejo.
“La ventaja de los nuevos antitrombóticos orales es que no necesitan control de la coagulación y disminuyen el sangrado cerebral; pero aún son caros y reducen poco la mortalidad en relación con la warfarina”, evaluó Carlos Tajer, presidente de la SAC y Jefe de Cardiología del Hospital El Cruce, durante el reciente Congreso Multidisciplinario de Cardiología, llevado a cabo en Junín.
Entre las desventajas, los especialistas mencionan la ausencia de antídotos específicos que permitan manejar eventuales hemorragias, y las interacciones desconocidas con otros medicamentos.
“Ninguno de los nuevos anticoagulantes orales tiene aún un antídoto específico, lo cual representa un problema si hay que revertir la anticoagulación rápidamente, por ejemplo, ante un accidente de tránsito o una cirugía de emergencia”, reflexiona Albina. Con todo, el especialista apunta que pocos pacientes requirieron transfusión de sangre en los estudios clínicos con los nuevos anticoagulantes, y que sus beneficios son notables. “Como no requieren control hematológico, los nuevos antitrombóticos pueden ser manejados por cualquier cardiólogo en el consultorio. Eso sí, los médicos deben tomarse tiempo para explicarles a los pacientes la importancia de adherir al tratamiento anticoagulante”.
Aspirina y fibrilación atrial
¿Qué rol le cabe a la aspirina en la prevención del ACV? La aspirina -un fármaco que actúa sobre la coagulación evitando la agregación de plaquetas- acaba de ser desaconsejada en Gran Bretaña para prevenir el stroke en pacientes con fibrilación auricular. Estos pacientes deberían recibir un anticoagulante oral, según la nueva guía NICE del Reino Unido.
“Hay que tener en cuenta, también, que la aspirina sumada a anticoagulantes en pacientes con fibrilación auricular potencia el sangrado”, subraya Gastón Albina, cardiólogo del ICBA.