No a la aspirina en bajas dosis para prevención primaria
Por Alejandra Folgarait
La aspirina diaria en bajas dosis no tiene beneficios en prevención primaria cardiovascular, según un estudio japonés presentado en el reciente Congreso de la American Heart Association (AHA), en Chicago.
Empleada en medicina desde más de 100 años atrás, la aspirina tiene propiedades analgésicas, antipiréticas, anti-inflamatorias y antitrombóticas, ya que inhibe la agregación plaquetaria. Si bien las ventajas de la aspirina (ácido salicílico) son indudables en situaciones de infarto cardíaco o cerebral agudo, y también en la prevención de la recurrencia de estos eventos, el riesgo de hemorragias ha generado grandes dudas sobre su uso diario en quienes aún no han padecido ningún evento cardiovascular.
El uso de aspirina en prevención primaria fue, precisamente, el objeto del estudio Japanese Primary Prevention Project (JPPP), que siguió durante cinco años a 15.000 adultos mayores con factores de riesgo aterosclerótico, la mitad de los cuales recibió una dosis diaria de 100 mg de aspirina recubierta.
Para ser incluidos dentro del ensayo, que acaba de publicar JAMA, los adultos tenían que tener entre 60 y 85 años, además de alguno de estos factores: diabetes, hipertensión (presión arterial mayor a 140-90 mmHg) o dislipidemia (colesterol total igual o mayor a 220 ml, o LDL mayor a 140). Ninguno debía tener antecedentes de eventos cardiovasculares.
Durante el ensayo se produjeron 56 eventos fatales tanto en la rama de la aspirina como en la de control. El riesgo de los eventos finales primarios (muerte por causas cardiovasculares, ACV o infarto de miocardio no fatales) no fue diferente en los subgrupos de hipertensión, diabetes o dislipidemia.
Según el cardiólogo Kazuyuki Shimada, del Hospital Shin-Oyama, y sus colegas, “la baja dosis de aspirina diaria redujo significativamente los infartos de miocardio no fatales y disminuyó los accidentes isquémicos transitorios (TIA) pero aumentó dramáticamente las hemorragias extracraneales”. Los investigadores subrayaron el gran número de ACV hemorrágicos, de hemorragias gastrointestinales y de úlceras duodenales en quienes recibieron aspirina.
Resultados más importantes del ensayo JPPP. Fuente: Yashuo Ikeda et al. JAMA, 2014.
Si bien el ensayo fue detenido precozmente debido a su futilidad, los autores del estudio concluyeron que la aspirina no es útil para la prevención cardiovascular.
La Oficina de Drogas y Alimentos (FDA) de los Estados Unidos ya había advertido que la aspirina beneficia a quienes han padecido un ataque cardíaco o cerebral, pero no debería ser indicada para la prevención primaria.
“Este estudio es muy bueno y es una demostración más del fracaso de la aspirina para la prevención primaria”, evalúa Ernesto Duronto, director del Consejo de Emergencias Cardiovasculares de la SAC. “La aspirina es útil en prevención secundaria y para procedimientos quirúrgicos o angioplastías, pero el estudio JAPP nos muestra que los riesgos son mayores que los beneficios para prevenir eventos cardiovasculares. El riesgo de hemorragias, que fue del 86%, nos lleva a replantear la indicación de aspirina incluso en pacientes diabéticos”, señala Duronto, quien también es Jefe de Unidad Coronaria de la Fundación Favaloro.
Para José Luis Navarro Estrada, Jefe de Unidad Coronaria del Hospital Italiano, el estudio JPPP no tiene más novedad que el ensayo de aspirina en una población añosa japonesa. “Por varios estudios y meta-análisis previos, ya sabíamos que la aspirina no agrega nada en prevención primaria. El estudio japonés muestra que el grupo tratado tiene menos eventos isquémicos (infarto y stroke) pero mayores hemorragias, especialmente gastrointestinales. El efecto es neutro para el punto final combinado”, afirma el Coordinador de Áreas de la SAC.
El uso de aspirina para la prevención en pacientes de alto riesgo cardiovascular está siendo estudiado en varios ensayos clínicos con población occidental. Por el momento, la AHA apoya la administración médica de aspirina en personas con alto riesgo de ataque cardíaco.
“El estudio JPPP es muy nuevo pero seguramente tendrá un impacto sobre las guías de tratamiento, reforzando la evidencia que apoya el no uso de aspirina en pacientes sin enfermedad cardiovascular documentada”, anticipa Duronto.