Nueva radiografía de los factores de riesgo en la Argentina
Los resultados preliminares de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018, publicados el 15 de abril pasado, muestran un panorama sanitario preocupante para la Argentina. Más del 60% de la población adulta presenta sobrepeso, más del 40% tiene presión elevada y más del 30% tiene niveles alterados de colesterol en la sangre. El único indicador alentador que mostró el cuestionario oficial es un descenso significativo en el tabaquismo.
Una radiografía de los factores de riesgo es fundamental para diseñar políticas sanitarias respecto de las enfermedades cardiovasculares, que constituyen la primera causa de mortalidad en el país. Para poner en contexto la importancia de la realización periódica de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), la directora nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades Crónicas No Transmisibles, Verónica Schoj, subrayó que las enfermedades crónicas no transmisibles producen el 73,4% de las muertes en el país, mientras que no superan el 60% en el mundo. La buena noticia es que 3 de cada 4 de esas muertes pueden ser evitadas, y para ello es importante conocer la prevalencia de los factores que aumentan su riesgo.
La ENFR es un cuestionario que lleva adelante periódicamente el Ministerio (hoy Secretaría) de Salud de la Nación junto con el INDEC. En 2005, 2009 y 2013 la Encuesta se basó en preguntas auto-respondidas por habitantes de ciudades de distintos puntos del país. En 2018, a este cuestionario aplicado en 42.000 viviendas habitadas se le sumaron mediciones bioquímicas (glucemia, colesterol total) y físicas (presión arterial y parámetros antropométricos como peso, talla y perímetro de la cintura) en una parte de la muestra, de modo de tener indicadores más confiables en temas cruciales para la salud de la población.
Los resultados de la cuarta ENFR son sombríos. Según el flamante informe de la ENFR 2018, el 8,4% de la población de referencia registró glucemia capilar elevada (≥110 mg/dl) en la etapa de mediciones bioquímicas de la encuesta. El indicador de glucemia elevada o diabetes auto-reportado, además, evidenció un aumento significativo respecto de la encuesta previa (ENFR 2013).
Es preciso destacar que en el estudio realizado en 2018 se identificaron disparidades entre las respuestas del cuestionario y las mediciones objetivas de distintos indicadores. Por ejemplo, el 5% de los individuos que no declararon tener glucemia elevada o diabetes por auto-reporte tuvieron registros elevados de glucemia en la medición bioquímica.
Otros dos factores de riesgo fundamentales para las enfermedades cardiovasculares – la hipertensión y la dislipidemia- volvieron a mostrar cifras preocupantes en la nueva Encuesta. Según la ENFR 2018, el 40,6% de la población general tiene la presión arterial mayor o igual a 140/90 mmHg, mientras que el 30,7% de los individuos a los que se le realizaron análisis registró un nivel de colesterol mayor o igual a 200 mg/dl.
“Lamentablemente, los datos de la Encuesta confirman los de los estudios RENATA I y II”, afirma Juan Carlos Pereira Redondo, director del Consejo de Hipertensión Arterial de la SAC. “De cada 10 personas que creen no tener presión arterial elevada, 3 son en realidad hipertensos. Pero de cada 10 personas que saben que son hipertensas, 6 no tienen su presión controlada”, explica el cardiólogo.
“Tenemos un problema muy serio en la Argentina: pasan los años, hacemos consensos y campañas de sociedades científicas, pero no logramos concientizar a la gente de que se controle la presión arterial”, enfatiza Pereira Redondo. “Ya tenemos el diagnóstico de situación, ahora hay que pasar a la acción. Es importante fortalecer el mensaje de que todas las personas mayores de 18 años tienen que tomarse la presión al menos una vez al año. Y cada uno tiene que pedirle a su médico que lo haga cuando va a la consulta”.
Alerta por sobrepeso
Entre los resultados más alarmantes de la ENFR 2018 figura el sobrepeso. El 61,6 % de la población argentina mayor a 18 años reporta exceso de peso (sobrepeso más obesidad) y más de un cuarto de la población adulta puede definirse como obesa (Índice de Masa Corporal mayor a 30). Las cifras de obesidad fueron del 14.6 % en 2005 y de 25.4 % en 2018.
“Los resultados que estamos viendo confirman todas nuestra sospechas; el sobrepeso y la obesidad , lejos de ser un problema que se está deteniendo, es un problema que se está acelerando”, indicó el secretario de Gobierno de Salud, Adolfo Rubinstein, durante la presentación de los datos de la cuarta ENFR.
Prevalencia de sobrepeso y obesidad. Años 2005, 2009, 2013, 2018.
El panorama de la alimentación tampoco mejoró en la Argentina durante los últimos años: apenas el 6% de la población adulta consume hoy cinco porciones diarias de frutas y verduras, la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El agregado de sal tras la cocción o en la mesa no mostró variaciones respecto de 2013. Para peor, el 65% de la población no realiza actividad física suficiente.
“La Encuesta nos muestra que faltan acciones para la población, que es preciso volver a hacer campañas de prevención”, señala Graciela Molinero, directora del Consejo de Epidemiología y Prevención Vascular de la SAC. “La mayoría de la gente no se hace controles médicos periódicos, salvo los laborales, y además hay un tema socioeconómico para acceder a los alimentos sanos y al tiempo libre para hacer actividad física”, reflexiona Molinero. “Habría que impulsar medidas para promover el consumo de frutas y verduras y la realización de ejercicio aún durante el horario laboral, especialmente en las épocas de mayor estrés socioeconómico, que es cuando aumentan más las enfermedades cardiovasculares”.
Pereira Redondo también subraya el tema socioeconómico. “Me gustaría ver un análisis de subgrupos por condición económica en los indicadores de obesidad y sobrepeso, para saber cómo influyen las carencias en el aumento del peso de la población argentina”, dice el también Jefe de Hipertensión del CEMIC.
“Tenemos que garantizar una dieta saludable en los comedores escolares para enseñarles a los niños a consumir más proteínas, frutas y verduras y menos hidratos de carbono y sal. Además, es mejor subsidiar ahora los alimento saludables que atender en el futuro una explosión de pacientes con obesidad y diabetes”, dice Pereira Redondo.
En cuanto al consumo de tabaco, hoy alcanza al 22,2% de la población, lo cual marca una reducción del 25% desde 2005, pero todavía es una cifra muy alta. Por primera vez, se relevó en esta Encuesta la prevalencia del uso de cigarrillos electrónicos, que es del 1,1%. La exposición al humo de tabaco ajeno en el hogar y en el trabajo, durante los últimos 30 días, se redujo significativamente respecto de la edición anterior de la Encuesta, mientras que la exposición al humo en bares se mantuvo estable. “La reducción del tabaquismo es una buena noticia que se vincula con la ley que prohíbe fumar en lugares públicos y las campañas realizadas contra el tabaco; ahora hay que hacer lo mismo con los otros factores de riesgo cardiovascular”, concluye Molinero.
Sedentarismo (baja actividad física), años 2009, 2013, 2018.
Por Alejandra Folgarait