Valentín Fuster: «La educación es clave para la transición a la salud»
Por Alejandra Folgarait
Quizás el cardiólogo más reconocido del mundo, Valentín Fuster reparte su tiempo entre la dirección del área cardiovascular del Hospital Mount Sinai de New York, la investigación, la docencia, la edición general del Journal of the American College of Cardiology (JACC) y los viajes internacionales para dar conferencias. Entre las numerosas ciudades que visita anualmente, Buenos Aires figura primera en la lista. “Me encanta porque se parece mucho a Barcelona”, confesó el médico nacido en España durante la breve visita que realizó el 26 de junio pasado a la capital argentina.
En la reunión de la International Society of Cardiovascular Pharmacoterapy (ISCP), Fuster reveló algunos resultados del reciente estudio BioImage y subrayó la utilidad de la ultrasonografía tridimensional de las arterias carotídeas, además del escaneo de calcio en las coronarias, para detectar tempranamente enfermedad aterosclerótica subclínica y predecir eventos arteriotrombóticos en personas sin síntomas.
“La aterosclerosis es una enfermedad sistémica y está presente aún en personas que tienen un score de riesgo bajo”, afirmó el especialista, que vive hace 40 años en Estados Unidos. “Hemos mostrado con ultrasonido 3D que cuanto más enfermedad hay en las carótidas, más calcificación hay en las coronarias. Con estas dos tecnologías podemos predecir el riesgo de eventos a tres años mejor que con el score de Framingham”, subrayó. “En poco tiempo más –vaticinó Fuster-, tendremos disponibles estas tecnologías a un costo de menos de 15 dólares”.
La aterosclerosis empieza a edad temprana, recordó el cardiólogo catalán. “Tanto en los cerdos como en los seres humanos, la enfermedad se inicia en el área ileofemoral, de modo que en el futuro será fundamental obtener imágenes vasculares de esta zona”.
Ante el aumento del costo de los tratamientos para las enfermedades cardiovasculares, Fuster insistió en la importancia de la prevención y los cambios en el estilo de vida. En este contexto, se refirió al uso de la polipíldora como estrategia para aumentar la adherencia de los pacientes. Pero su mayor preocupación actual, dijo, es la educación.
“¿Por qué los pacientes abandonan el tratamiento cuando se sienten mejor, y los jóvenes no modifican sus factores de riesgo?”, se preguntó el ex presidente de la American Heart Association. “Lo que ocurre es que, en última instancia, los seres humanos no creemos que somos vulnerables”, deslizó Fuster.
“Tenemos que trabajar sobre la percepción de la enfermedad y sobre la educación con estrategias innovadoras”, reclamó. Entre éstas, Fuster mencionó los grupos tipo Alcohólicos Anónimos, las aplicaciones móviles que alertan sobre la toma de medicamentos, y hasta los programas de televisión (de hecho, uno de los personajes de la versión española de Plaza Sésamo está inspirado precisamente en Fuster).
Hay tres tendencias importantes en la Cardiología que habrá que considerar de cara al futuro, explicó Fuster. “La primera es que hay una transición desde el tratamiento de la enfermedad hacia la promoción de la salud. En segundo lugar, hay una interacción muy importante entre el corazón y el cerebro que habrá que tener en cuenta ante el aumento del Alzheimer y otras enfermedades degenerativas. Por último, hay que tomar en cuenta los avances tecnológicos en imágenes, en genética y en regeneración tisular. Estas tres vertientes son relevantes para el futuro, pero lo más importante –enfatizó Fuster- es la transición a la salud a través de la educación”.
Si bien la visita de Fuster fue fugaz, el prestigioso cardiólogo anticipó que volverá a Buenos Aires en octubre próximo para dar una conferencia sobre corazón y cerebro en el 41º Congreso Argentino de Cardiología, organizado por la SAC.