Furor por las aplicaciones móviles de salud
Por Alejandra Folgarait
Las aplicaciones móviles para registrar parámetros vitales y contar el consumo de calorías hacen furor en el mundo. Se estima que el año próximo unas 500 millones de personas usarán aplicaciones de salud en sus smartphones. Para 2018, más de la mitad de los usuarios de tablets y teléfonos inteligentes se habrán bajado una aplicación (“app”) médica.
Ninguna empresa quiere quedarse afuera de esta tendencia. Recientemente, Apple presentó el protocolo HealthKit, que permite reunir los datos médicos de una persona a través de sus dispositivos móviles (iPhone, iPad).
Si bien aún no trascendieron los detalles, se sabe que la nueva aplicación monitoreará patrones cardíacos y de sueño, entre otros indicadores. Por otra parte, la plataforma recopilará datos obtenidos por “terceros partidos” (aplicaciones desarrolladas por otras compañías y por instituciones sanitarias).
La Clínica Mayo ya se sumó a la movida de Apple y anticipó que modificará su reconocida app para que HealthKit notifique al hospital si un paciente, por ejemplo, presenta un cambio peligroso en su presión arterial. Los datos del tracking de los pacientes se incorporarán, además, a las historias clínicas electrónicas que guarda ese hospital. La compañía Nike, interesada en las app de fitness, también se sumó al proyecto.
La idea central de la compañía fundada por Steve Jobs es recopilar en un solo sitio toda la información que recogen en forma independiente las apps móviles. La nueva aplicación Health vendrá incorporada en el nuevo software iOS8 de Apple para teléfonos y tabletas. Y estará integrada con un programa para el control de dispositivos hogareños (desde la televisión hasta el sistema de calefacción y luces).
Por su parte, la empresa Samsung se unió con la Universidad de California para desarrollar una plataforma de salud digital que incluye tanto nuevo hardware como software de código abierto. Samsung apuesta a producir dispositivos que se usen en la muñeca –como los relojes inteligentes- y que puedan integrar todos los datos de interés médico en la “nube”. El primer dispositivo que incluye múltiples sensores es Simband.
Más allá del entusiasmo general, hay quienes se preguntan si se trata sólo de una moda.
Un estudio presentado en octubre de 2013 por el Instituto IMS reveló que hay más de 40.000 apps relacionadas con el campo de la salud y la calidad de vida en la tienda de Apple. La mitad se pueden bajar gratuitamente y alrededor de 16.000 están destinadas específicamente al consumidor o paciente (no a los médicos).
Un análisis más pormenorizado de las apps de salud permitió detectar que la mayoría están, en verdad, vinculadas con el ejercicio físico y la dieta. Menos de 2.000 apps están ligadas a cuestiones médicas específicas, como la diabetes o la ansiedad. Sólo 159 contienen sensores que chequean el estado de salud. La mitad de las aplicaciones se bajan menos de 500 veces.
Un problema cada vez más acuciante es determinar la confiabilidad de una aplicación médica. ¿Cómo saber qué app está basada en sólida evidencia científica y cuál es poco seria? Otra cuestión espinosa es la privacidad de los datos.
La FDA de Estados Unidos ya ha tomado cartas en el primer asunto, estableciendo qué apps deben ser sometidas a evaluación sanitaria de acuerdo con su nivel de riesgo. Las apps que sirven para que el paciente organice su tratamiento y adquiera información no necesitan ser evaluadas por la FDA antes de su presentación al público. Las que operan como un dispositivo médico (por ejemplo, un visor de electrocardiograma o un sensor de glucosa) requieren ser aprobadas.
Las aplicaciones móviles prometen una revolución en el cuidado de la salud. “Tanto en medicina general como en cardiología, las apps son elementos de apoyo en el proceso de manejo de la información”, señala Ignacio de Urquiza, cardiólogo del departamento de Docencia e Investigación de ICBA. “El paciente obtiene una forma sencilla para el seguimiento de sus problemas de salud, para sacar turnos y consultar resultados de estudios. En cuanto al médico, las apps le permiten desarrollar historias clínicas móviles, acceder a información médica para su educación continua, y utilizar animaciones y videos para explicarle al paciente su dolencia”, resume de Urquiza.
¿Cuál es el futuro de las aplicaciones móviles en la Argentina? “Nuestro país es un lugar natural para la incubación de estas tecnologías, dada la gran capacidad de diseño informático, la alta penetración de dispositivos móviles de alta gama y la predisposición del mercado para el uso de estos recursos”, se entusiasma el cardiólogo, quien se encuentra colaborando en el desarrollo de diversas apps médicas.