Junín: un antes y un después

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El primer Congreso Multidisciplinario de Cardiología, llevado a cabo en la localidad de Junín el 16 y 17 de mayo pasados, marcará un antes y un después en los encuentros nacionales de la especialidad.

El gran número de asistentes, la composición diversa del público, la actualidad de los temas científicos y la amplitud de miradas sobre las patologías cardiovasculares fueron las características que hicieron de este evento un éxito, según coincidieron los participantes del Congreso, que incluyó las XXV Jornadas Nacionales de los Distritos Regionales, las XXII Jornadas Interdistritales de Enfermería en Cardiología y las XXI Jornadas Interdistritales de Técnicos en Cardiología.

Más de 700 profesionales –cardiólogos, clínicos, pediatras, técnicos en cardiología y enfermeros- se reunieron en la sede de la Universidad del Noroeste de Buenos Aires (UNNOBA) bajo la consigna de lo multidisciplinario. Esta impronta se plasmó tanto en las conferencias magistrales dictadas por prestigiosos especialistas como en las 26 mesas científicas y en las preguntas de la audiencia, constituida mayormente por médicos clínicos y cardiólogos (en una proporción de 60 a 40, respectivamente).

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Organizado por la Sociedad de Cardiología y con participación de la Sociedad Argentina de Medicina (SAM), el encuentro profesional comenzó con una discusión sobre las nuevas drogas anticoagulantes destinadas al tratamiento de la fibrilación auricular; sus beneficios, riesgos e indicaciones para grupos seleccionados de pacientes.

Las nuevas guías de hipertensión y de colesterol congregaron encendidos debates sobre los límites aconsejados de presión arterial de acuerdo con la edad, y sobre la indicación de estatinas en altas dosis, independientemente de metas, para prevención primaria.

La aplicación de nuevos scores de riesgo cardiovascular; las pruebas básicas para evaluar el deterioro cognitivo; los factores de riesgo y de protección para las demencias; la técnica de ablación en fibrilación auricular; el rol de la obesidad y la diabetes en las enfermedades vasculares; y la importancia del control de la hipertensión, la hipercolesterolemia y las arritmias para la prevención del ACV tuvieron un lugar destacado en la agenda.

Smartphones y tablets en mano, los cardiólogos se sumergieron en novedosas aplicaciones móviles y en la propuesta de la Sociedad de Cardiología para registrar las historias clínicas de los pacientes en forma electrónica y centralizada.

Entre las mesas más concurridas, se destacó la convocada en torno al deporte. Los riesgos que enfrentan los atletas de alto rendimiento, las causas posibles de muerte súbita y los estudios que debe pedir un cardiólogo para otorgar un apto médico fueron analizados sobre la base del consenso de la SAC.

Por su parte, más de 140 temas libres constituyeron un récord en la historia de las jornadas cardiológicas nacionales. El premio al mejor trabajo se lo llevó “Reactivos serológicos para Chagas sin cardiopatía evidente: evolución a 10 años”, presentado por los doctores Auger, Rodriguez, Sabra, Accerboni, Storino y De Rosa.

Sin dudas, el paisaje de Junín se vio transformado por la reunión de profesionales llegados desde todo el país. Mientras los talleres, mesas de discusión y cursos se sucedían en forma incesante en la universidad, una carpa en la plaza “25 de mayo” ofrecía detección de factores de riesgo a la comunidad y cursos básicos de resucitación cardiopulmonar (RCP). La movida cardiológica fue ampliamente reflejada por los medios de prensa locales, que consultaron a las autoridades de la SAC y del Congreso sobre la importancia de la medición de la presión arterial y la colocación de desfibriladores en lugares públicos.

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Tras dos días intensos de charlas, presentaciones clínicas y seis simposios de la industria farmacéutica, llegó el momento más caliente: una “pelea” abierta entre la Cardiología y la Clínica. En un rincón se ubicó el presidente de la SAC, Carlos Tajer. Enfrente, se dispuso un representante de la SAM, Gabriel Waisman. Entre ironías y certezas, la diferencia de enfoques se saldó en la necesidad de practicar una medicina basada en la evidencia y centrada en el paciente como una totalidad.

El atardecer del sábado vio partir a centenares de participantes del Congreso Multidisciplinario de Cardiología, que regresaron a sus consultorios con la convicción de estar mejor preparados para afrontar el gran desafío: reducir un 25% la mortalidad cardiovascular para el año 2025.

Junín quedará en la memoria no sólo por la aceitada organización del cónclave sino también por haber sido la piedra fundacional de un encuentro médico más allá de toda frontera.

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