SAC 2015: Lo destacado del jueves
Por Alejandra Folgarait
Tras una noche tormentosa, el sol salió el jueves por la mañana en Buenos Aires para recibir a los miles de cardiólogos, clínicos y pediatras que llegaron a La Rural con el fin de participar en el 41º Congreso Argentino de Cardiología.
El presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología, Guillermo Fábregues, abrió el multitudinario evento con un repaso de las actividades innovadoras que lleva adelante la SAC, desde la remodelación tecnológica de la sede hasta los registros de patologías y los programas de formación virtual.
Tras agradecer la participación de múltiples sociedades médicas argentinas, latinoamericanas, de Estados Unidos y Europa, Fábregues dedicó un emocionado recuerdo a la cardióloga Liliana Grinfeld -la única mujer que presidió la SAC, la Fundación Cardiológica Argentina y el CACI-, y reflexionó sobre los valores que sustentan a los médicos de la SAC: verdad, diálogo con los colegas, autocrítica, educación permanente, honestidad intelectual y honor.
«Todos los cardiólogos que trabajamos en la SAC lo hacemos ad-honorem, es decir, por el honor», recordó Fábregues. «Estamos comprometidos a bajar un 25% la mortalidad cardiovascular para el 2025, y por eso desarrollamos programas y registros junto con otras sociedades médicas. Dentro de tres años tendremos cifras nacionales confiables para diseñar mejores políticas públicas de salud, pero necesitamos recursos y apoyo de las autoridades sanitarias».
Sentado en la primera fila escuchaba Valentín Fuster, director del Instituto del Corazón del Hospital Mount Sinai de Nueva York, ex presidente de la American Heart Association y de la World Heart Federation. Fuster ofreció una conferencia de apertura en homenaje de la Dra. Grinfeld, a quien recordó por su resiliencia, su capacidad para vencer los obstáculos, su carrera brillante y su entereza mental, física y moral.
«Uno puede ser cardiólogo intervencionista o no, vivir en la Argentina o en los Estados Unidos, ser mujer u hombre, pero personas como Liliana son únicas y difíciles de olvidar», subrayó el cardiólogo nacido en Barcelona y que reside hace más de dos décadas en Estados Unidos.
«Todos los cardiólogos estamos obligados a hacer investigación, ya sea básica, clínica o general, para contribuir con algo nuevo a la sociedad», reflexionó Fuster, quien desgranó un puñado de estudios que realizó sobre prevención cardiovascular, adherencia a la polipíldora, y promoción de la salud en países en desarrollo.
Tras enfatizar que sólo el 36% de los pacientes argentinos que han tenido un infarto toma la medicación en forma adecuada, y que apenas el 20% de pacientes estadounidenses diabéticos adhiere al tratamiento, según los datos del estudio FREEDOM, Fuster se explayó sobre el vínculo entre el corazón y el cerebro. «Hace 100 años, el Dr. Alzheimer ya había notado que entre 60 y 90% de los pacientes con deterioro senil tenían un componente vascular. Hoy podemos ver mediante modernas tecnologías de imágenes que los pacientes con enfermedad en las grandes arterias también presentan lesiones lacunares en el cerebro, y disfunción en las microarterias cerebrales», explicó Fuster.
«Los factores de riesgo cardiovascular también afectan la circulación cerebral», insistió Fuster. Lo bueno, agregó, es que «empezamos a ver evidencias de que se puede retrasar la degeneración cognitiva al tratar los factores de riesgo. Por eso, es muy importante cambiar las conductas entre los 25 y los 50 años, ya que el 40% de las personas teóricamente sanas tienen enfermedad subclínica a edad temprana. Mejor aún –sugirió- sería empezar a trabajar tempranamente con el cerebro infantil, incorporando mensajes sobre hábitos saludables cuando los niños tienen 3 a 6 años».
En cuanto a los pacientes añosos, Fuster aconsejó disminuir la medicación, más que aumentarla. Además, advirtió el multipremiado cardiólogo, hay que considerar «el tabaco, la obesidad y el sedentarismo acortan los telómeros de las células, lo cual vuelve más vulnerables a las personas que envejecen».
Finalmente, Fuster enfatizó la importancia de la motivación a la hora de realizar campañas de prevención. «Tenemos que trabajar sobre los aspectos emocionales de la enfermedad y el wellbeing«, es decir, la satisfacción y el sentimiento de tener un propósito en la vida. «Los seres humanos necesitamos de otros para cambiar», concluyó Fuster, entre los aplausos de una sala desbordada de médicos.
Por la tarde, las mesas redondas que reunieron a especialistas en la Clínica Médica y Cardiología se multiplicaron junto con las dedicadas a la Cardiología Pediátrica y los simposios de la industria.
La Iniciativa «Stent for Life», que llevan adelante conjuntamente la SAC con la FAC y la European Society of Cardiology (ESC) para aumentar el acceso de la población argentina a la angioplastia, fue presentada junto con los resultados preliminares de la Encuesta Nacional de Infarto de Miocardio con elevación ST.
Este registro (llamado ARGEN-IAM-ST) reveló interesantes datos sobre reperfusión en alrededor de 1.500 pacientes, registrados durante los últimos seis meses en todo el país. Si bien alrededor del 80% de estos pacientes con infarto ST recibió algún tipo de reperfusión (angioplastia o, en mucha menor proporción, fármacos trombolíticos), todavía se registran demoras en el acceso al tratamiento agudo, no tanto por el tiempo de consulta de los pacientes como por la demora en las guardias y otras partes de la cadena intrahospitalaria.
La actualización de consensos sobre prevención cardiovascular y valvulopatías en ancianos, así como también las guías sobre lípidos e hipertensión, sellaron una jornada multifacética, que se inició con debates sobre la violencia hospitalaria, siguió por las últimas novedades en el tratamiento de los síndromes coronarios y la insuficiencia cardíaca, atravesó las investigaciones elaboradas por áreas de la SAC y culminó al caer la tarde, con un brindis donde se cruzaron cardiólogos de todo el mundo con clínicos y pediatras locales.