SAC 2015: Lo destacado del sábado
Por Alejandra Folgarait
El último día del Congreso Argentino de Cardiología comenzó con un homenaje a la Dra. Liliana Grinfeld en el que se trató uno de los temas a los que dedicó muchas horas: el corazón de la mujer.
Entre recuerdos emocionados de la única argentina que dirigió tanto la Sociedad Argentina de Cardiología como la Fundación Cardiológica y el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas, reconocidos expertos se refirieron a las particularidades de la enfermedad cardiovascular y los estilos de vida en las mujeres.
María Inés Sosa Liprandi, del Sanatorio Güemes, presentó las novedades sobre el síndrome de Takotsubo o del “corazón roto”, una miocardiopatía por estrés que afecta a 9 mujeres por cada hombre. Difícil de diferenciar de un infarto agudo de miocardio en su presentación, el síndrome del corazón roto se manifiesta como una insuficiencia cardíaca aguda que tiene una mortalidad intrahospitalaria de alrededor del 4,5%. “El pronóstico es favorable, pero hay una recurrencia del 5% a los seis años”, señaló la directora de Investigaciones del Sanatorio Güemes.
Por su parte, Jorge Belardi subrayó que una de cada 3 mujeres argentinas muere por una enfermedad cardiovascular, lo que significa que el corazón causa más muertes femeninas que el cáncer de mama y los accidentes en la Argentina, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. Los factores de riesgo cardiovascular –tabaquismo, hipertensión, sedentarismo, diabetes- tienen más impacto en las mujeres que en los hombres, especialmente después de los 60 años. “Cuando una mujer sufre un infarto, el riesgo de muerte es mayor que en los hombres”, advirtió el director del ICBA.
Mientras Roberto Peidró subrayaba la necesidad de que las mujeres dejen el sedentarismo y sean incorporadas a programas de rehabilitación cardiovascular tras un evento coronario, y Mónica Katz alertaba sobre la obesidad femenina, las modas en las dietas y el aumento de la ortorexia en la población argentina, en otras salas se discutían casos clínicos y decenas de temas libres.
Una serie de interesantes controversias se desarrollaron sobre el mediodía del sábado. En particular, la discusión sobre los niveles recomendados para la presión arterial convocó a muchos especialistas, que discutieron los alcances del reciente estudio SPRINT y la sugerencia de que bajar con tres medicamentos la presión sistólica a 120 mmHg es más beneficioso que mantenerla en 140 mmHg con dos fármacos anti-hipertensivos.
Las novedades en cardiopatías congénitas fueron seguidas con mucho interés por cardiólogos de niños y adultos, así como también las mesas redondas sobre arritmias, fibrilación auricular y TAVI. Pero quizás fueron las sesiones de los técnicos, los enfermeros y los residentes las que convocaron a un público más entusiasta por aprender.
La nueva guía de la AHA sobre reanimación cardiopulmonar avanzada, presentadas el pasado 15 de octubre, fueron analizadas minuciosamente en un taller especial. Por su parte, la SAC y la Sociedad de Pediatría (SAP) explicaron cómo trabajarán para llegar a un consenso sobre prevención cardiovascular en niños y adolescentes. Además, la Sociedad Interamericana de Corazón y la SAC organizaron una mesa donde se discutieron alternativas quirúrgicas para tratar la insuficiencia cardíaca avanzada y se analizó el creciente uso de dispositivos de asistencia ventricular en los países desarrollados. “El 50% de los pacientes que reciben un trasplante en Canadá vienen con asistencia circulatoria”, informó Diego Delgado, profesor de Cardiología de la Universidad de Toronto. No ocurre lo mismo en la Argentina, donde casi no se usan estos dispositivos por su alto costo, y en los últimos tiempos se han amesetado la donación cardíaca y los trasplantes de corazón.
El acto de clausura del Congreso estuvo a cargo de Hernán Doval, editor de la Revista Argentina de Cardiología y uno de los referentes indiscutibles de la especialidad. Con su habitual estilo, que combina tanto evidencias como opinión, el médico del Hospital Italiano dio una conferencia sobre los determinantes sociales de la enfermedad cardiovascular.
“Le decimos a los pacientes que son culpables porque no se alimentan en forma saludable, fuman o no hacen actividad física, cuando en verdad son víctimas de un entorno industrial en el que la comida procesada es más barata que las frutas y verduras, los cigarrillos y el alcohol están al alcance del bolsillo y la sociedad promueve el consumo”, subrayó Doval.
“Los médicos deberíamos preocuparnos por conocer mejor el ambiente que rodea a cada uno de los pacientes, porque hay condiciones que juegan en contra del cumplimiento de conductas saludables”, reclamó Doval. “Regular la industria que produce el problema es más importante que tratar a los pacientes”, concluyó, entre aplausos de experimentados y jóvenes colegas.
La orquesta Buenos Aires Sinfónica cerró el 41º Congreso con un vibrante concierto de música clásica y popular. La sinfonía del Nuevo Mundo, de Antonin Dvorak, fue una metáfora perfecta del espíritu de encuentro y diálogo, emociones y concentración intelectual que prevaleció en el mayor congreso científico de habla hispana.
Durante tres días, el corazón del planeta cardiológico latió en Buenos Aires al ritmo del conocimiento y la camaradería. Emocionado y orgulloso, Guillermo Fábregues, presidente de la SAC, agradeció al terminar el sábado la participación de miles de médicos y la tarea desarrollada a lo largo de todo el año por el Comité Científico. Daniel Berrocal, Mirta Diez, Ana Salvati, Javier Guetta y muchos otros responsables de la organización, sonreían desde la platea. Fue un Congreso grandioso con invitados estelares pero, sobre todo, fue un fruto del trabajo en equipo de la SAC con muchas otras sociedades médicas, bajo la batuta de un creativo director de orquesta.