Día de la Mujer: Diferencias cardiológicas que importan
Por Alejandra Folgarait
Los temas vinculados a la mujer están en las primeras planas de todo el mundo, y también en las de la Medicina. No se trata sólo de señalar la necesidad de obtener paridad de género en cargos y salarios en la Academia. También se trata de incluir más a las mujeres a la hora de diseñar estudios científicos y garantizar que tengan el mismo acceso a los tratamientos de última generación que los hombres.
Diversas organizaciones médicas y hasta las principales revistas científicas del mundo se lanzaron este año a hacer campañas de concientización sobre la mujer. “El feminismo es para todos”, tituló su editorial The Lancet, que publicó recientemente un número entero dedicado a la salud de las mujeres y su lugar en la Medicina. La tradicional revista científica, fundada en 1823, declaró que “la igualdad de género no es solo cuestión de derechos y justicia sino también es crucial para producir la investigación de mayor calidad y proveer el mejor cuidado a los pacientes”. En tanto la lucha por la igualdad de género es responsabilidad de todos, señaló The Lancet, “también el feminismo es para todos: hombres y mujeres, investigadores, clínicos, sponsors, líderes institucionales y, sí, aún para revistas médicas”.
Si bien las mujeres constituyen la mayoría de la fuerza laboral en el sector salud, señala una revisión también publicada en The Lancet, ocupan una fracción mínima de los cargos jerárquicos.
Las Naciones Unidas también lanzaron advertencias sobre la ceguera de género que existe tanto en el liderazgo como en la toma de decisiones sobre salud. El reporte Global Health 50/50, publicado en 2018, revela que 34% de 140 importantes instituciones dedicadas a la salud global tienen estrategias destinadas a la igualdad de género y sólo 31% están dirigidas por mujeres. La mayoría de las organizaciones globales de salud, como Unicef y Gavi, siguen centradas en la salud materno-infantil y en la prevención de enfermedades infecciosas, y no se enfocan lo suficiente en enfermedades crónicas, como las cardiovasculares, la diabetes y el cáncer, que afectan más a las mujeres porque viven más años que los hombres.
En cuanto a la Argentina, una encuesta realizada en 2018 por la Sociedad Argentina de Cardiología entre médicos especialistas reveló que las mujeres sienten menos satisfacción profesional con la Medicina y la Cardiología que los hombres. Además, según el cuestionario respondido por 552 cardiólogos de ambos sexos y de todo el país, las mujeres padecen mayor discriminación de género en el trabajo que los hombres, al punto de que el 42% de ellas se ha sentido discriminada, mientras que sólo el 14% de ellos lo fue. La maternidad incide significativamente en la vida laboral de las cardiólogas pero la paternidad influye mucho menos en sus colegas masculinos, de acuerdo con el trabajo presentado recientemente por el área Corazón y Mujer.
Según la encuesta, 42% de las cardiólogas encuestadas sufrió alguna discriminación en su trayectoria laboral y más del 80% de ellas, por causa de género. A la pregunta si debió retrasar la maternidad o paternidad por motivos profesionales, el 56% de las mujeres y el 26% de los varones respondieron afirmativamente. Finalmente, 52% de las mujeres vs 27% de los hombres debió modificar su actividad laboral por la maternidad o paternidad.
La situación es peor en algunas subespecialidades de la Cardiología, como la hemodinamia. En la Argentina, sólo hay 50 cardiólogas intervencionistas matriculadas y apenas unas 20 se encuentran ejerciendo su especialidad. ¿Cuáles son las barreras para las hemodinamistas? “Muchas veces la diversidad de roles en la casa -por naturaleza, a la mujer le gusta estar en todo, la familia, los hijos, las actividades del hogar- y la actividad laboral, que requiere estar rápido en el momento de un infarto sin importar la hora y el lugar, como así también las horas de los procedimientos y el tiempo que estamos fuera de casa, pueden llegar a ser muy demandantes”, reflexiona Bibiana Rubilar, miembro del área de Corazón y Mujer de la SAC. “A la hora de elegir un cardiólogo intervencionista, probablemente, se inclinen hacia un hombre”, desliza la también coordinadora de los Consejos de Técnicas Invasivas de la SAC, quien destaca el ejemplo de Liliana Grinfeld, primera presidente mujer de la SAC y pionera entre las cardiólogas intervencionistas del país.
Preocupación cardiológica
En cuanto a las enfermedades cardíacas, las mujeres y hombres sufren infartos de miocardio por igual, “pero el estrés se da más frecuente en la mujer, como así también el retraso en la consulta, ya sea por la forma de presentación inespecífica de los síntomas como así también porque la mujer subestima sus propios síntomas”, enfatiza Rubilar. “La inserción en la sociedad de la mujer en sus múltiples roles, el aumento del consumo de tabaco, el estrés, el sedentarismo, la hipertensión, y la falta de controles cardiológicos periódicos pueden hacer que el infarto de miocardio esté aumentando en la mujer”, agrega la cardióloga intervencionista de la Clínica La Sagrada Familia.
Por su parte, Verónica Volberg, coordinadora del área “Corazón y Mujer” de la Sociedad Argentina de Cardiologia y la Fundación Argentina de Cardiología, señala que las estadísticas de los últimos 15 años en el país muestran que la enfermedad cardiovascular es la primera causa de mortalidad en la mujer, equiparada a la del hombre. Una de cada 3 mujeres va a sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular en la Argentina, y por cada mujer que fallezca de cáncer de mama, 8 mujeres lo harán por causa cardiovascular. “Aunque se identificaron diferencias específicas que atañen a la mujer, la causa más importante es la falta de prevención de los factores de riesgo cardiovasculares”, enfatiza la también Jefa de Consultorio Externo de Cardiología del Hospital de Clínicas “José de San Martin”.
Especialistas de la American Heart Association alertaron recientemente sobre el creciente número de infartos de miocardio en mujeres jóvenes en los Estados Unidos. Las mujeres de 35 a 54 años con infarto cada vez tienen mayor mortalidad, incluso más que los hombres. Además, hoy se reconoce más la existencia de infartos sin arterias coronarias obstruidas (MINOCA) en mujeres. Este síndrome suele ocurrir más en mujeres menores de 55 años que en hombres.
Nuevos desafíos
En general, el MINOCA se presenta como un infarto sin elevación ST, no asociado a los factores de riesgo tradicionales y con una evolución menos benigna de lo que se pensaba hasta poco tiempo atrás. Las mujeres tienen cinco veces más riesgo de tener MINOCA que los hombres, y 1 de cada 8 mujeres con infarto agudo de miocardio tienen MINOCA (definido como isquemia miocárdica más elevación de troponina), según un análisis del estudio VIRGO publicado en el Journal of the American Heart Association.
“En la mujer, la enfermedad coronaria se relaciona con menos extensión, incluso no obstructiva. Este fenómeno (MINOCA) se relaciona frecuentemente con un mayor riesgo”, apunta Volberg. “Aquellas mujeres a las que se les realiza tratamiento invasivo, presentan con más frecuencia complicaciones vasculares y más sangrado”, agrega la cardióloga argentina.
La deficiencia en el flujo microvascular es una de las razones por las que las mujeres podrían padecer infartos que pasan inadvertidos. También se ha señalado la asociación del infarto en mujeres jóvenes con perfiles psicológicos y sociodemográficos adversos. Como sea, las mujeres con infarto de miocardio sin elevación de ST suelen ser tratadas menos enfáticamente que los hombres y quizás su mayor mortalidad se deba a esta razón. “Como se cree a nivel general que los problemas cardiovasculares en las mujeres comienzan unos años más tarde que en los hombres, muchas veces no se piensa de entrada en enfermedad cardiovascular, se les pide menos prácticas y estudios complementarios precoces, y a la hora de tratarlas nos encontramos con enfermedad coronaria más severa que en los hombres”, apunta Rubilar.
Algo similar ocurre con la insuficiencia cardíaca. “La insuficiencia cardíaca es la enfermedad cardiovascular que más aumenta y las mujeres constituyen la mitad de los casos, aunque tienen menos probabilidades de recibir tratamientos basados en guías o dispositivos para manejar su condición”, advirte Ileana Piña, profesora de Epidemiología en el Colegio Albert Einstein, de Nueva York. “No hay ninguna razón por la que no mandar a las mujeres con insuficiencia cardíaca a rehabilitación”, insistió en el último Congreso de la AHA.
Los especialistas también llaman la atención sobre la disección espontánea de las arterias coronarias, un síndrome conocido por las siglas “SCAD” que afecta más a las mujeres que a los hombres y, especialmente, a aquellas que han tenido recientemente un parto.
La disección espontánea de una arteria también es el origen de muchos eventos cardíacos agudos en mujeres de 40 y 50 años aparentemente sanas, quienes sufren los síntomas de un ataque cardíaco repentino con dolor de pecho intenso. Si bien antes se aconsejaba colocar un stent o practicar un by-pass en estos casos, algunos cardiólogos hoy se inclinan por tratamientos más conservadores, empezando por el control de la presión arterial.
El aumento de la obesidad, la diabetes y la hipertensión en las mujeres que se embarazan es una tendencia en todo el mundo y, también, en la Argentina. “En los últimos años se ha producido un aumento de la incidencia de los trastornos hipertensivos durante el embarazo”, advierte Analía Aquieri, miembro del área de Corazón y Mujer de la SAC. “Este aumento está dado por el incremento de la incidencia de los factores de riesgo cardiovascular en la mujer que se embaraza, una mayor edad materna y las mejoras en las técnicas quirúrgicas, que permiten llegar a la edad fértil a las mujeres portadoras de cardiopatías congénitas”, refiere la también médica del Hospital de Clínicas. “Sabemos que la presencia de un trastorno hipertensivo en el embarazo aumenta el riesgo cardiovascular en estas mujeres. Por eso se enfatiza el control médico posterior al embarazo y la evaluación periódica del riesgo cardiovascular global de las mujeres”, subraya Aquieri.
Respecto de la muerte súbita, si bien es menos frecuente en la mujer que en el hombre, un estudio finlandés publicado en Circulation reveló que las mujeres padecen muerte súbita a mayor edad que los hombres y la causa de muerte suele ser no isquémica (en particular, fibrosis miocárdica).
Los investigadores finlandeses subrayaron que un tercio de las 5.800 mujeres estudiadas con autopsias no habían tenido un electrocardiograma previo con alteraciones. Aunque se sabe que el tabaquismo, la hipertensión y la diabetes aumentan entre 2,5 y 4 veces el riesgo de muerte súbita en la mujer, los científicos reclamaron el desarrollo de marcadores y puntos de corte específicos para evaluar el corazón de las mujeres.
Tareas pendientes
Es preciso subrayar que el tratamiento de las mujeres continúa siendo subóptimo en la Argentina, según mostraron estudios publicados en 2013 en la Revista Argentina de Cardiología. “Es fundamental lograr una concientización de los médicos y la población, para lo cual se requieren realizar campañas desde las sociedades científicas pero, en especial, debe involucrarse el gobierno”, subraya Verónica Volberg. La cardióloga revela que, en diciembre de 2018, se logró que tanto el Senado como la Cámara de Diputados de la Nación declararan de “interés nacional” la campaña para la concientización de la población y los profesionales de la salud sobre el avance de la problemática cardiovascular en la mujer y su detección temprana, realizada por el área Corazón y Mujer de la SAC y la Fundación Cardiológica Argentina.
“Se están realizando actividades en los congresos y, también, actividades para la población en todo el país con compromiso de los distritos de la SAC a través de representantes del área”, apunta Volberg. “Es un arduo trabajo para lograr una campaña de concientización y prevención similar a la que se realiza para el cáncer de mama y de útero, lo que no debe descuidarse. A pesar del gran avance que se realizó, la mortalidad persiste a través de los años”, advierte la cardióloga de la SAC.