Miocardiopatía Periparto
Editorial: Dra. Analia Aquieri
JACC STATE OF THE ART REVIEW
Vol 75, No 2, 2020
Peripartum Cardiomyopathy
Melinda B. Davis, MD,a Zolt Arany, MD, PHD,b Dennis M. McNamara, MD, MS,c Sorel Goland, MD,d Uri Elkayam, MD.
En este artículo publicado en la revista Journal of the American College of Cardiology durante el mes de febrero del corriente año, se ha realizado un resumen de toda la información publicada sobre este tema hasta el momento.
La Miocardiopatía Periparto (MPP) es una forma de insuficiencia cardíaca sistólica con fracción de eyección (FEY) del ventrículo izquierdo reducida que afecta a mujeres en edad fértil durante el embarazo o en el postparto inmediato. Puede presentarse como una enfermedad relativamente leve, con una recuperación completa de las pacientes, como también, generar una mortalidad y morbilidad significativa tanto materna como fetal.
Esta revisión clínica describirá la definición, los factores de riesgo, la etiología, la fisiopatología y los factores pronósticos, y proporcionará recomendaciones para el diagnóstico, el tratamiento agudo y crónico, la lactancia y los embarazos posteriores.
Se debe remarcar que si bien se trata de una patología que se encuentra en continuo estudio e investigación, aún se desconoce muchos de estos aspectos, como por ejemplo su incidencia, su fisiopatología y ciertos tratamientos.
Se resume:
Se trata de una miocardiopatía idiopática que se presenta con insuficiencia cardíaca secundaria a disfunción sistólica del ventrículo izquierdo hacia el final del embarazo o en los meses posteriores al parto, donde no se encuentra otra causa de insuficiencia cardíaca que la justifique. Es necesario la presencia de una FEY menor al 45% para arribar a su diagnóstico, siendo éste de exclusión. Se aconseja el manejo de estas pacientes mediante un grupo interdisciplinario de profesionales para lograr los mejores resultados.
Cómo fue comentado, se debe pensar siempre en esta entidad, ante la presencia de una paciente con signos y síntomas de insuficiencia cardíaca, en la última etapa del embarazo o los primeros meses post parto, con un ecocardiograma que demuestra la fracción de eyección del ventrículo izquierdo por debajo del 45%, habiendo descartado otra patología que lo justifique, como la enfermedad coronaria y miocardiopatía dilatada, entre otras.
El tratamiento inmediato puede prevenir resultados adversos, tanto maternos como fetales. Se prioriza la estabilidad hemodinámica materna durante el embarazo, de esa forma lograremos el bienestar fetal también. Se inicia rápidamente el soporte hemodinámico y el tratamiento habitual para la insuficiencia cardíaca descompensada. Se utilizan los IECA, beta bloqueantes, diuréticos y espironolactona, según amerite el cuadro de la paciente. Pueden ser utilizados equipos externos de sostén hemodinámicos como puente a un transplante si el cuadro fuera de tal gravedad.
Es importante remarcar la necesidad de la terapia de anticoagulación en estas pacientes, ya que de por sí el embarazo es una situación de hipercoagulabilidad, asociado a esto, se suma el reposo en cama, la disfunción del ventrículo izquierdo, la dilatación ventricular y la posible presencia de trombos en el ventrículo izquierdo.
Con información limitada, se sugiere que la lactancia materna es segura. Sigue siendo un tema de discusión la administración de bromocriptina en estas pacientes, ya que en estudios realizados en animales, se demostró beneficios con su uso, pero no es concluyente la información para su indicación a todas las pacientes que presentan MPP. Todas las drogas utilizadas para el tratamiento de esta enfermedad se excretan por leche materna, pero no han demostrado traer complicaciones en los bebés. El tratamiento se continúa como mínimo por 6 meses, con nuevo ecocardiograma para evaluar la función ventricular izquierda. No está claro aún cuál es el tiempo optimo para suspender el tratamiento, pero unos de los requisitos son la presencia de la FEY normal, y que la paciente se encuentre asintomática, con buena clase funcional (New York Heart Association). La mayoría de las pacientes, logran la recuperación total de su FEY en este lapso de tiempo. Las que continúan con deterioro de la función ventricular, deberá continuar con el tratamiento médico.
Las mujeres que consideren cursar un nuevo embarazo, deben recibir asesoramiento médico preciso, ya que éstas presentan riesgo de deterioro de su función ventricular y nuevamente insuficiencia cardíaca durante la nueva gestación.
Sin duda, deben ser suspendidos los inhibidores de la enzima de conversión si la paciente desea iniciar la búsqueda de un nuevo embarazo.
Se dispone de escasa información para guiar el momento de colocación de un cardiodesfibrilador implantable (CDI) en las pacientes con MPP, pero debe tenerse en cuenta la posibilidad que tienen estas pacientes de presentar una arritmia maligna al inicio de la enfermedad o a largo plazo, si permanecen con deterioro severo de su FEY.
A pesar de la baja incidencia general de esta enfermedad en todo el mundo, se debería considerar esta patología lo más precozmente posible e instaurar rápidamente su tratamiento, este accionar nos ayuda a lograr la mayor tasa de éxito.
Sólo así lograremos disminuir la morbimortalidad materno y fetal dada por la MPP.