Apellidos indisolubles de la Cardiología: His y Purkinje
Vamos a recordar en este caso a otros dos nombres que solemos mencionar juntos, por razones obvias: His y Purkinje. Para respetar la cronología, en este caso debemos comenzar por el segundo.
Jan Evangelista Purkinje nació en 1787 en la ciudad morava de Libovice, Bohemia, en lo que es hoy la República Checa y era entonces parte del imperio austro húngaro. Tal vez por eso algunas reseñas biográficas lo consideraron húngaro, o polaco. En su primera juventud se volcó al estudio de la filosofía y las ciencias naturales. A los 26 años comenzó a estudiar medicina en la Universidad de Praga, y en 1819 se recibió. Enseñó allí mismo fisiología hasta 1823, en que se trasladó a la Universidad de Breslau, en el este de Prusia. Dedicó gran parte de su vida al estudio de la percepción sensorial, fundamentalmente en el campo de la visión. De hecho, ya la tesis con que se doctoró se llamó Contribución al conocimiento de la visión desde el punto de vista subjetivo. Describió el efecto por el cual a medida que se reduce la energía lumínica se modifica la brillantez relativa de los distintos colores, de manera que el rojo parece perder más intensidad que el azul. Publicó dos libros sobre el tema. Fue el primero en describir el nistagmo; estudió la fisiología del equilibrio y eso lo llevó irremediablemente al cerebelo. En 1837 descubrió las células del cerebelo que llevan su nombre y representan la unidad funcional de ese órgano. También descubrió las glándulas sudoríparas e incursionó en una primera sistematización de las huellas dactilares. Estudió la estructura de los huesos, la piel, los dientes, el útero y contribuyó grandemente al desarrollo de lo que dio en llamarse la anatomía microscópica.
Pero su nombre es grato para nosotros por la descripción de las fibras homónimas, arborización final del sistema de conducción del impulso eléctrico en el corazón. La comunicación inicial apareció en los Anales de la Facultad de Medicina de la Universidad de Jagellon, en Cracovia (actual Polonia). Allí Purkinje sostenía que dichas fibras podían verse a simple vista, y que su origen debía ser cartilaginoso. Seis años más tarde publicó otro trabajo sobre el mismo tema, que traducido al inglés apareció en la Gaceta Médica de Londres. Allí sostuvo el origen muscular de las fibras en cuestión. Otras dos contribuciones hizo a la cardiología: el estudio del rol del corazón en el retorno venoso, y la descripción de algunas de las manifestaciones de la toxicidad digitálica (esto último trabajando sobre sí mismo como sujeto de experimentación). Los histólogos lo recuerdan porque fue el primero en utilizar un micrótomo para obtener el material que estudiaba al microscopio; murió en 1869 y está enterrado en Praga. Dedicado toda su vida al estudio de lo pequeño, se sentiría halagado si supiera que no solo células y fibras, sino también un cráter lunar y un asteroide replican su apellido.
Wilhelm His nació en Basilea, Suiza, en 1863. Su padre, de igual nombre, era un médico, fisiólogo y anatomista famoso fundamentalmente por el impulso que dio a los estudios embriológicos y modelos dedicados a aclarar el desarrollo embrionario de distintas estructuras. En 1872 la familia se trasladó a Leipzig, donde el padre se consagró a la enseñanza de la Anatomía. El joven Wilhelm creció en un ambiente muy rico en estímulos culturales de diversa índole y se sintió muy atraído por la música. Pero siendo su padre quien era, era muy difícil que no terminara siendo médico. Estudió en Leipzig, Berna, Ginebra y Estrasburgo. Se recibió en 1889, y en 1895 obtuvo el cargo de profesor asistente. En esos primeros años se dedicó a estudiar en detalle el corazón, y a responder una pregunta: ¿cuál era el origen del impulso que generaba la contracción cardíaca? Con la ayuda de su padre que puso a su disposición los medios de estudio de la embriología experimental pudo concluir en que los ganglios cardíacos, a los que algunos entendían como el origen del automatismo, pertenecían al sistema nervioso simpático. Y que en el embrión el corazón latía aún antes de recibir «inervación cerebroespinal». En una publicación de 1933 explicó detalladamente todo el mecanismo de pensamiento que guió su investigación. Es un escrito de 35 páginas, y en la página 23 dice: «Después de una larga búsqueda, he logrado encontrar un haz muscular que une las paredes auriculares y ventriculares del septo, y que, hasta ahora, ha escapado a la observación debido a una exposición incompleta, ya que sólo es visible en toda su extensión cuando los septos son cortados exactamente en su dirección longitudinal… en las secciones en serie, pude reconocer el curso del paquete y lo he demostrado en un ratón crecido, un perro recién nacido, dos humanos recién nacidos y un adulto (30 años de edad). El haz surge de la pared posterior de la aurícula derecha, cerca del septo auricular, en la ranura atrioventricular, se adhiere a lo largo del margen superior del músculo septal ventricular mediante numerosos intercambios de fibras; procede en la parte superior de este hacia el frente, hasta cerca de la aorta donde se bifurca en una rama derecha e izquierda que termina en la base de la cúspide aórtica de la válvula mitral». ¿Estaba seguro de que el impulso era conducido a través del haz? Según sus propias palabras » Si el haz realmente transmite el impulso de la aurícula al ventrículo no soy capaz de decirlo con certeza…» La publicación original del hallazgo data de 1893, pero como el mismo His dijo, «poca gente la leyó» quizás porque la revista elegida por su jefe, «Trabajos de la Clínica de Medicina de Leipzig» era una de poca tirada; quizás también porque His abandonó al tiempo el estudio del sistema de conducción y se volcó a otro tema: la gota, el metabolismo del ácido úrico, las enfermedades articulares. Ejerció en Basilea, y luego en Berlín. Participó de la Primera Guerra Mundial como Internista Consultor del ejército alemán, y cumpliendo dicha función estuvo en el frente en Rusia, Armenia, Turquía, Siria y Palestina. En 1928 fue elegido rector de la Universidad de Berlín. Ejerció hasta 1932, en que el enfisema que venía aquejándolo se tornó severamente limitante. Predijo entonces a sus amigos que le quedaban solo 2 años de vida. Era suizo, y como tal, con la precisión que corresponde, murió en 1934.
Dr. Jorge Thierer
Fuentes consultadas
Schweitzer P. Jan Evangelista Purkinje (Purkinĕ). Clin Cardiol 1991; 14:85-86.
Bast T, Gardner W. Wilhelm His, Jr. and the bundle of His. Journal of the history of medicine 1949. Spring: 170-187.