80 Aniversario: la cuarta década de la SAC
Por Alejandra Folgarait
La Sociedad Argentina de Cardiología inicia su cuarta década de vida con la organización del VII Congreso Argentino de Cardiología, en 1967, en el que se destaca la nutrida participación de cardiólogos extranjeros, además de los más destacados especialistas locales. Por su parte, la Sociedad Internacional de Cardiología crea comités especiales destinados al estudio de patologías específicas (como la hipertensión arterial y la cardiología pediátrica) que serán los antecesores de los Consejos Científicos de la SAC y un reflejo de la creciente importancia de las subespecialidades cardiológicas.
El 28 de noviembre de 1967, finalmente, la SAC concreta su sueño de tener una sede propia, en la calle Paraná 489, de Capital Federal. A partir del 29 de mayo de 1968, comienzan a realizarse allí las reuniones de la Comisión Directiva, que se regularizan completamente a partir de entonces.
En la asamblea anual de la Sociedad Interamericana, la SAC reafirma su derecho a ser reconocida como la única asociación representante de la Cardiología argentina. En 1968 también se modifican los estatutos y se amplía la composición de la Comisión Directiva a 12 miembros (antes 5). Quizás la reforma más importante es la decisión de que los miembros adherentes puedan pasar a ser titulares con el sólo requisito de recibir los votos de dos tercios de la Asamblea. Así se terminó con el cuestionado número fijo para el ingreso anual de titulares a la SAC.
Vale recordar, además, que en 1968 la SAC otorga el auspicio al primer curso que dará René Favaloro en la Argentina. Por otra parte, la subcomisión de Difusión emprende una campaña sobre prevención de la hipertensión arterial para la comunidad, lo que sirve como antecedente para la Semana del Corazón, que comenzó a celebrarse en los 70.
En cuanto a los temas científicos, a fines de los 60 comenzó el auge de la revascularización miocárdica, y varios invitados extranjeros dieron conferencias en la Argentina sobre técnicas de bypass y tratamiento quirúrgico de la cardiopatía isquémica, según recuerda Alberto Demartini, ex presidente de la SAC, en su libro “Historia de la Sociedad Argentina de Cardiología”.
En 1969 se concreta el VIII Congreso Argentino de Cardiología en Córdoba y comienza a organizarse la participación de la delegación de la SAC al Congreso Mundial de Cardiología, que se realiza en 1970 en Londres y en el que participan 147 miembros de la SAC. A partir de este momento, la SAC se convertiría en uno de los actores fundamentales de la Cardiología internacional.
Hitos de los 70
Si bien la turbulencia política que vivió la Argentina a comienzos de los 70 repercutió también en la SAC, la actividad científica y educativa continuó sin pausa durante la cuarta década de la Sociedad. La realización del VII Congreso Mundial de Cardiología en Buenos Aires, en 1974, fue uno de los hitos de los 70. El otro fue la adquisición de una nueva sede en Azcuénaga 980, donde aún funciona la Sociedad.
El 2 de septiembre de 1974 comenzó el Congreso Mundial de Cardiología en Buenos Aires, con Mauricio Rosenbaum a la cabeza del Comité Científico y Francisco Romano como presidente. Según el libro “Aportes para la historia de la Cardiología argentina”, publicado por José Milei, Federico Pérgola y colaboradores, “la tradición oral sostiene que el presidente del Congreso debió visitar a integrantes de las fuerzas guerrilleras con los ojos vendados y en un lugar clandestino para poder concretar un pacto de no agresión”. En cualquier caso, el Congreso resultó un éxito no sólo por la multitudinaria participación (10.000 cardiólogos de todo el mundo) sino también por su nivel científico. Además, el encuentro internacional generó un ingreso económico que fue de gran ayuda para la compra de una nueva sede para la SAC.
El 17 de enero de 1975 la SAC adquiere finalmente la casa que hoy es su sede, y abandona las dos oficinas donde funcionaba desde 1967. Gracias a una serie de refacciones realizadas con dinero proveniente del Congreso Mundial más el aporte de socios benefactores de la Sociedad y el apoyo del laboratorio Merck, Sharp & Dohme, el sótano donde funcionaba un vetusto depósito de café de la casona se transformó en un moderno auditorio y se establecieron varias aulas destinadas al Área Educativa.
“Es necesario que los que hoy disfrutan de esta magnífica sede sepan que la propiedad era originalmente un salón de fiestas en los pisos superiores, con un local pequeño adelante en la planta baja, un jardín atrás y un inmenso sótano ocupado por vendedores ambulantes de café”, señalaba Bernardo Boskis en el libro de Milei y Pérgola. “Debo recordar que el proceso no fue fácil”, subrayaba el ex presidente de la SAC (1976). “La época era de tremenda inseguridad y las reuniones con los directivos que financiaban y avalaban cada paso de la obra constituían episodios de la mejor película de suspenso, puesto que el lugar y las horas de reuniones con ejecutivos que, por seguridad, vivían en Uruguay sólo se conocían pocos minutos antes de efectuarse”. El área educativa que desvelaba a Boskis recién habría de completarse en 1981.
En cuanto a la Revista Argentina de Cardiología, que había nacido en 1934 y atravesado por innumerables crisis, perdió su indexación médica en 1960 pero se mantuvo como un foro de discusión de los últimos avances cardiológicos y lugar de publicación de relevantes estudios argentinos y latinoamericanos.
Es preciso notar que durante la cuarta década de la SAC también se crearon (o afianzaron) grandes servicios de Cardiología en hospitales públicos y privados, desde donde se amplió la oferta de residencias cardiológicas a los jóvenes médicos que egresaban de las universidades nacionales.
En agosto de 1976 se establece la Fundación Cardiológica Argentina como “brazo para la comunidad” de la SAC y en 1977 asume su primer presidente no médico, Carlos Carman, junto al cardiólogo Bernardo Malamud en carácter de vicepresidente. Mientras en el país se anunciaba una época oscura, la Cardiología argentina refulgía con el bypass desarrollado por René Favaloro, quien había regresado al país en 1971 para formar a cirujanos cardiovasculares; con el pujante nacimiento de la hemodinamia y con la incansable tarea formativa y asistencial de brillantes cardiólogos clínicos, como Carlos Bertolasi. Liderando a todos los actores de la nueva Cardiología se encontraba la SAC, cuya actividad académica seguía sumando reconocimientos en los países más avanzados en medicina. Los esfuerzos denodados de cuatro décadas de actividad científica ahora estaban a la vista del mundo y la SAC cosechaba, por fin, los frutos.