“La mirada de género está puesta en todo hoy”
Por Alejandra Folgarait
Ana Salvati es la segunda presidente mujer de la SAC en los 82 años de vida de la institución. Además, preside la mayor sociedad científica argentina en un momento en el cual los temas de género están al rojo vivo. Salvati lo sabe y está dispuesta a trabajar, como lo viene haciendo desde los ´90, para que todos se sientan integrados en la SAC: mujeres y hombres, jóvenes y experimentados cardiólogos –dice Salvati- tienen la puerta abierta a las innumerables actividades que la Sociedad planea para este año, entre las cuales brillará nuevamente el Congreso Argentino de Cardiología, que hará especial énfasis en las cardiopatías de la mujer.
En una tarde veraniega de finales de febrero, Salvati analizó las barreras que encuentran las cardiólogas en la profesión y destacó sucreciente participación en diferentes puestos de liderazgo de la SAC. Aquí, una síntesis de la charla:
¿Cómo se llega a ser presidenta de la SAC? ¿Cómo fue su camino?
Fue un camino largo, de “militancia”, con vocación de trabajar con compromiso en la formación de los médicos, en el acceso a la educación continua. La carrera de Medicina no termina nunca, jamás llegamos a saberlo todo, por lo que me pareció interesante involucrarme en el armado de todas las herramientas de formación que tienen los médicos.
Yo me relacioné desde muy joven con la Sociedad de Cardiología porque hice la Residencia en el Instituto de Cardiología del Hospital Español, donde se estimulaba mucho la presentación de trabajosy la participación en la SAC. Cuando la terminé e ingresé al Hospital de Clínicas, pasé a la Unidad Coronaria, donde también me estimularon para participar en la SAC. Primero entré al Consejo de Medicina Nuclear (soy radioisotopista) y luego me involucré definitivamente en el Consejo de Emergencias. Siempre traté de aportar cosas en distintas áreas al mismo tiempo que sacaba provecho, porque la Sociedad es aprendizaje para todos nosotros. La SAC te enseña muchas cosas: a relacionarte con mucha gente, a escuchar opiniones diversas sobre distintos aspectos de la Cardiología y la Docencia. Traté de estar siempre comprometida con el área en la que me tocara participar. Ahora, la gente pensó tal vez que era momento de que una mujer volviera a presidir la Sociedad, el Consejo Asesor me postuló, y los miembros me convalidaron.
¿Siempre quiso ser cardióloga?
Sí, desde chica decía que iba a ser médica del corazón. Y si volviera a empezar, volvería a ser médica y volvería a ser cardióloga.
No todas las cardiólogas parecen tan satisfechas, según la encuesta que elaboró la SAC…
La Medicina es una carrera muy exigente y es difícil combinar vida familiar, personal, social y Medicina. La mujer de mi generación se ocupaba de la casa y de los hijos y, si tenía una carrera, era accesoria; sólo un grupo podía desarrollarse muy bien. Medicina exige tiempo y Cardiología, también. Y si querés hacer agudos, estar en una Unidad Coronaria, hay que hacer guardias, ir y venir, recibir llamados a la noche y,para la mujer, se hace cuesta arriba. Además, la Cardiología es una especialidad que sigue siendo muy machista y la posibilidad de acceder a cargos jerárquicos no es fácil. Hay muy pocas jefas de servicio que sean mujeres. Es muy frustrante capacitarse, poner todo y cuando llega el momento de competir por un cargo, que se lo lleve otro sin una razón valedera. Este punto es importante, porque yo estoy en contra de los cupos femeninos, me parecen discriminatorios. Yo no quiero ser presidenta de la SAC porque le toca a una mujer cada 50 años. Quiero competir de igual a igual. Tenemos que cambiar el “switch” de la gente: no hay que mirar si la persona para un cargo usa pollera o pantalón sino cuáles son las necesidades y exigencias, y la capacidad y el compromiso del postulante. Y no exigirle más a las mujeres que a los hombres.
Esto vale tanto para hombres como mujeres, porque nosotras también discriminamos a las mujeres. Cuando llega una mujer a la guardia con dolor de pecho, las mismas médicas muchas veces la miran de reojo y piensan si no estará nerviosa o angustiada. Tenemos que pensar distinto todos.
¿Cuáles son los proyectos en este sentido?
Hay que trabajar para generar conciencia y también actuar, porque las cosas no se hacen solas. Tenemos que mostrar que las mujeres son capaces de hacer lo que tienen que hacer. Por eso, entró una mujer a Mesa Directiva y varias a Comisión Directiva; el Congreso estará coordinado por una mujer; y hay mujeres dirigiendo Consejos y, también, el área de Distritos. En la medida en que las mujeres demuestren que las cosas funcionan, la gente cambiará. Es importante dar oportunidades a las mujeres y, también, que ellas tomen responsabilidades. El área de Corazón y Mujer trabajó espectacularmente y este año trabajaremos en un consenso sobre enfermedad cardiovascular en la mujer. Queremos que se incorporen también los hombres a esta área porque no se trata de unos u otros sino de trabajar juntos. Tenemos que avanzar en forma equilibrada, sin tomar revancha por la segregación padecida. La mirada de género está puesta hoy en todo, ya no hay vuelta atrás.
¿Cuál es el mayor desafío que enfrenta como presidenta de la SAC?
Que todos se sientan integrados. Quisiera que todo cardiólogo y cardióloga entienda que la Sociedad es una fuente infinita de aporte de ideas, información y discusión de opiniones. Quisiera que la población cardiológica joven se vuelva a involucrar con la vehemencia con la que lo hicimos nosotros. La SAC es su casa, y los pacientes necesitan que los médicos estén bien capacitados y tengan empatía con ellos y sus familias.