La segunda década de vida y la crisis de crecimiento
Por Alejandra Folgarait
Si su primera década se caracterizó por la organización interna de actividades, el fomento de la investigación cardiológica y el inicio de la formación de especialistas, a partir de 1948 la SAC se afianzó tanto en el medio nacional como internacional.
Con la creación del cargo de Secretario Ejecutivo, a cargo de Roberto Vedoya, en 1948 la Sociedad logró una participación mayor en las asociaciones cardiológicas del mundo y adquirió gran renombre por sus expertos. Como muestra de ello, en el III Congreso Interamericano de Cardiología, realizado en Chicago, Pedro Cossio fue elegido Presidente Honorario y Vedoya, Vicepresidente Ejecutivo, y se presentaron 13 trabajos de cardiólogos argentinos. En 1948 también ingresaron a la SAC 10 miembros titulares (7 por la Capital Federal y 3 del resto del país), un hecho hasta entonces inédito debido a las severas exigencias para poder hacerlo.
El primer Congreso Mundial de Cardiología, que se realizaría en 1950 en París, generó algunas desinteligencias internas por la participación en el Comité de Organización, pero como consecuencia de los debates se produjo una reforma fundamental de los estatutos de la SAC.
A partir de los ´50, se permitió el ingreso de miembros adherentes y se estableció que, para llegar a ser titulares, debían presentar cuatro trabajos científicos y ser votados en la Asamblea anual. La cantidad de ingresos anuales de miembros titulares se limitó a 4. Además, se creó la categoría de “socios benefactores”, para subvencionar programas de la SAC, y la de “correspondientes nacionales”. En la reforma de 1950 también se creó el cargo de Presidente y de Secretario para los miembros que antes cumplían los roles de Secretario Ejecutivo y Secretario de Actas.
Junto con el Congreso Mundial de París –en el que la SAC fue representada por Cossio, y al que el gobierno argentino envió un representante propio, Alberto Taquini- el año 1950 estuvo marcado por el nacimiento de la Sociedad Internacional de Cardiología, en la que la SAC tendría un papel intenso.
En 1951, Tucumán se convirtió en la segunda filial provincial de la SAC, luego de Mendoza. Al año siguiente, la SAC alcanzó uno de sus mayores hitos en su historia: organizó en Buenos Aires el IV Congreso Interamericano de Cardiología, en el que participaron 50 invitados extranjeros, que fueron nombrados luego “miembros correspondientes extranjeros” de la SAC. Las comunicaciones leídas durante el Congreso Interamericano de 1952 se publicaron en un número especial de la Revista Argentina de Cardiología, según refiere Alberto Demartini en el libro “Historia de la Sociedad Argentina de Cardiología” (1987).
Tras intensas discusiones sobre el estatuto de su propia asociación, Córdoba se convirtió en la tercera filial de la SAC en 1953. Durante este año también se creó el Premio SAC para estimular la investigación original en Cardiología, que recibió Taquini por primera vez en 1954.
Bajo el nombre de “Primeras Jornadas”, en 1955 se organizó el primer Congreso Argentino de Cardiología, en Mar del Plata. Si bien no se realizaron ateneos ni se concretó un anunciado simposio, ese año se afiliaron las sociedades cardiológicas de Rosario y La Plata a la SAC. Por su parte, el pediatra y cardiólogo Rodolfo Kreutzer, Secretario de la SAC, impulsó la adquisición de una sede propia y la eliminación de la limitación del número de nuevos miembros titulares anuales (4 de Capital Federal y 2 del interior) para contrarrestar el “elitismo” de la SAC. Como ésta y otras mociones no prosperaron, Kreutzer renunció en forma indeclinable a su cargo mediante una carta recibida el 17 de octubre de 1955, en la que hacía grandes críticas a la política interna de la SAC y a la política nacional del gobierno previo a la Revolución Libertadora. El resto de la Comisión Directiva rechazó las acusaciones, pero terminó renunciando también en su totalidad.
La crisis política de 1955 se resolvió con la elección de una nueva Comisión Directiva el 17 de abril de 1956, integrada mayormente por una nueva generación de cardiólogos y presidida por el cardiólogo rosarino Luis González Sabathié. Entre otras medidas, esta Comisión continuó las tratativas para que la Revista Argentina de Cardiología -en manos de dos de sus creadores, Blas Moia y Eduardo Braun Menéndez- pasara a ser controlada definitivamente por la SAC. Esto habría de concretarse finalmente en 1957. De esta manera, después de 23 años de creada, comenzaba una nueva etapa de la prestigiosa Revista, con un nuevo Comité Editorial y una nueva casa editora y comercial.
El II Congreso Argentino de Cardiología, realizado en Mendoza en 1957, contó con la participación de 255 miembros de la SAC y fue un éxito. También se realizó una reunión en Tucumán, que reforzó la nacionalización de la Sociedad.
A 20 años de su formación, la SAC contaba con miembros de distintos puntos del país, era reconocida en el mundo y había renovado la tarea de sus fundadores. Comenzaba también a generar intercambios con los colegas de Uruguay y Chile y había superado los problemas de crecimiento. Llegaba el momento de tramitar la Personería Jurídica para adquirir, por fin, una sede propia. Para ello se introdujeron algunos cambios en los estatutos. Pero la sorpresiva muerte del Secretario y futuro Presidente de la SAC, Alberto Villamil, a los 38 años, planteó un nuevo desafío.
En 1958, asumió la presidencia de la SAC Carlos Rodrigué y se realizó el Congreso Mundial de Cardiología en Bruselas, con la participación de una nutrida delegación argentina, integrada por algunos de los prestigiosos fundadores de la SAC y, también, por la nueva camada de dirigentes cardiológicos.
Al término de la segunda década de vida, otra era comenzaba en la SAC, la institución referente de los cardiólogos no sólo en la Argentina sino también en toda América del Sur. La historia, por supuesto, continuará.