Marcar la diferencia
El Dr. Werner Forssmann fue un médico alemán que consiguió el premio Nobel de Medicina en el año 1956 aunque el camino al Nobel le demoró 25 años…
Forssmann nació en Berlín en 1904. Comenzó sus estudios como médico en el Hospital de la Caridad en Berlín. Hasta octubre de 1929, su trayectoria como médico fue más bien de perfil bajo, sin demasiado reconocimiento. Para esa fecha, consiguió realizarse a él mismo, el primer cateterismo derecho. Este acto fue publicado como una noticia «amarillista» en todos los periódicos de Berlín. Lejos de considerarse un avance para la ciencia, lo único que consiguió fue que su jefe, Sauerbruch, lo trate de irresponsable y lo expulse del hospital.
Forssmann siempre fue un médico inquieto. En sus comienzos, mientras preparaba su tesis doctoral, se extraía a diario sangre para analizar la influencia de la fisiología hepática en la sangre. Este gran esfuerzo apenas le sirvió para conseguir un puesto en el Hospital Eberwalde en Alemania. Allí surgió su gran pasión por la fisiología circulatoria y en su cabeza se formuló la primera gran idea: la de buscar un nuevo camino para llegar al corazón con mínimos riesgos de complicaciones y sin necesidad de anestesia general.
Comenzó experimentando con cadáveres en forma exitosa: todos los catéteres que introducía llegaban al corazón, así estableció que la sonda debería tener 65 cm de largo. Lamentablemente el hospital donde trabajaba no contaba con el presupuesto suficiente para experimentar con animales. Forssmann se ofreció, formalmente, a ser «conejillo de indias» pero su jefe, Schneider rechazó la propuesta. La tenacidad de Forssmann lo llevó a convencer a una enfermera de ser ella la primera persona viva en ser cateterizada. Según se cuenta, en el momento en que todo estaba listo para comenzar, él aprovechó un descuido de la enfermera y se cateterizó el mismo. El procedimiento no sólo no tuvo ninguna complicación sino que, además, le permitió acercarse a la sala de rayos y hacerse una radiografía de tórax que mostró al catéter llegando a cavidades derechas.
Radiografía de tórax de Forssmann con el catéter en su cuerpo.
El éxito del procedimiento lo estimuló a reproducirlo en un paciente terminal, también de manera satisfactoria. Posteriormente, Forssmann fue expulsado del hospital. Se trasladó al hospital de la Caridad en donde finalmente publica el método bajo el nombre «El cateterismo del corazón derecho». Este artículo desató tal escándalo que prácticamente fue marginado de la comunidad médica. Dos años más tarde, ya sin empleo, decidió dedicarse a la urología. En 1932 se afilió al partido Nazi y fue convocado para la segunda guerra mundial como médico. En 1945 fue liberado de un campo de prisioneros pero no pudo volver a ejercer su profesión durante muchos años hasta que finalmente retomó sus actividades como urólogo.
Así fue que Forssmann y su gran descubrimiento pasaron al olvido durante mucho tiempo. Nadie había reparado en el gran avance que representaba poder medir presiones en el circuito derecho en enfermedades cardíacas. Nunca imaginó que, 25 años más tarde, su trabajo iba a ser reconocido con un premio Nobel de Medicina.
Werner Forssmann fue un pionero en el campo de la medicina. Gracias a él, que expuso a su propio cuerpo, hoy en día disponemos de un estudio de gran ayuda para el diagnóstico de diversas patologías cardíacas.
Momentos antes de recibir el premio, un científico americano le dijo «You are the typical man before his time».