La prevalencia de hipercolesterolemia familiar en pacientes con síndrome coronario agudo es mayor que la que sospechamos: un llamado de atención de un estudio de cohorte
Por el Dr. Pablo Corral | Consejo de Epidemiología y Prevención Vascular «Dr. Mario Ciruzzi»
Prevalence and management of familial hypercholesterolaemia in patients with acute coronary syndromes
Nanchen D et al.
Eur Heart J. 2015 Sep 21;36(36):2438-45. doi: 10.1093/eurheartj/ehv289
El objetivo principal del estudio que presentamos fue establecer la prevalencia y realizar un relevamiento del manejo de la hipercolesterolemia familiar (HF) entre pacientes que han sufrido un síndrome coronario agudo (SCA).
Se estudiaron 4.778 que habían sufrido un SCA de una cohorte multicéntrica en Suiza. Se utilizaron 2 algoritmos para el diagnóstico de HF; el primero fue el score de las clínicas de lípidos de Holanda -DUTCH CRITERIA- adaptado (ya que no se relevaron hallazgos físicos como xantomas o arco corneal, como tampoco antecedentes familiares de elevación de LDLc). Se estableció como diagnóstico posible (3-5 puntos) y probable/definitivo (>5 puntos). El segundo algoritmo seleccionado fue el del registro SIMON BROOME que verificaba a pacientes con diagnóstico posible.
Al momento de la hospitalización por un SCA, 1.6% (n=78) tuvieron diagnóstico de probable/definitivo y 17.8% (n=852) como posibles utilizando el DUTCH CRITERIA.
El algoritmo de SIMON BROOME identificó 5.4% (n=259) pacientes con diagnóstico posible.
Dentro de los 1.451 pacientes jóvenes que sufrieron un SCA en forma precoz, el DUTCH CRITERIA identificó 6.1% (n=70) con diagnóstico probable/definitivo y 49.7% (n=684) con clasificación de posible.
Luego del año de haber sufrido un SCA, dentro de los 69 sobrevivientes, 64.7% utilizaban altas dosis de estatinas, 69% habían disminuido el LDLc al menos un 50% y 4.6% habían alcanzado un valor de LDLc < a 70 mg/dL. El estudio es realmente interesante ya que privilegia claramente el factor de la edad y los eventos cardiovasculares precoces o tempranos asociados al diagnóstico de hipercolesterolemia familiar. Ya sea por los criterios holandeses (DUTCH) o por los ingleses (SIMON BROOME), es de destacar que aquellos pacientes jóvenes, hospitalizados por un síndrome coronario agudo, alrededor del 50% cumplen con criterios para considerarlos posibles portadores de una hipercolesterolemia familiar.
Debemos destacar ciertamente, que el criterio utilizado como DUTCH modificado (excluyendo los hallazgos clínicos y los antecedentes familiares) no se encuentra validado, por lo que es una debilidad manifiesta del trabajo.
La estrategia de screening o tamizaje de pacientes portadores de hipercolesterolemia familiar, en el contexto de una hospitalización por un evento cardiovascular, tiene sus ventajas en cuanto al impacto que genera en el paciente y en los familiares, siendo una oportunidad propicia para la detección sistemática, fundamentalmente en pacientes jóvenes.
Menos del 70% de los pacientes al año recibían dosis altas de estatinas y también menos del 70% alcanzaron a disminuir el 50% del valor basal de LDLc. Si bien estos datos no son óptimos, son superiores a la mayoría de las series descriptas previamente.
Podemos concluir que la hipercolesterolemia familiar, continua siendo una patología sub-diagnosticada y sub-tratada, debiendo utilizar todas las estrategias y escenarios propicios para aumentar la tasa de diagnóstico y potenciar los esquemas terapéuticos a fin de mejorar el pronóstico de estos pacientes.