Entrevista al Dr. Arturo Cagide
Dr. Arturo Cagide | Jefe del Instituto de Medicina Cardiovascular, Hospital Italiano de Buenos Aires | Presidente SAC 1997
La verdad es que no sabía bien qué estudiar, había varias opciones dando vueltas, pero tenía un tío paterno que era médico y que me motivaba para eso. Sabía que no era fácil la inserción. Yo tenía a su vez la fantasía que a través de él, que era un médico clínico bastante conocido, yo podía tener la posibilidad de insertarme luego de recibirme. Por otra parte, a mi papá también le interesaba tener un hijo médico, porque en aquella época era muy reconocido serlo. Así que yo creo que esas fueron las causas que me llevaron a estudiar medicina.
¿Por qué cardiología? Cuando cursé mi segundo año de fisiología, me apasionó la cardiología. Parecía ser bastante precisa, bastante específica. Era la época donde la fisiología cardiovascular estaba mucho más desarrollada, con respecto a otras especialidades, como podría ser hoy la neurocirugía, etc.. De manera que fisiología cardiovascular me gustó mucho y quedé vinculado a la cátedra de fisiología. Y el contacto directo para la fisiología era la cardiología. A su vez, la cardiología era también un poco mecánica, muy relacionada con la física y razonamientos, que me gustan mucho particularmente.
Yo diría que me fue arrastrando la situación. Una vez que terminé medicina, el objetivo era entrar a una residencia, y en ese momento me arrastró lo que todos una vez dijimos: “Bueno después de esto queda una segunda etapa”. Así que comencé a hacer una residencia. Entré a mi residencia en el Hospital Italiano y luego mi planteo fue otro: “¿cómo hago yo para quedarme en el Hospital Italiano una vez que termine la residencia?”.
En ese momento el hospital era un centro que tenía una unidad coronaria que ya trabajaba con todo lo que era cateterismo bedside. Se trabajaba tiempo completo, lo cual hacía la diferencia con otros hospitales. Y se formaba un grupo de trabajo, donde se recorría por la mañana y confraternizábamos a la tarde. Ese fue el núcleo inicial que me motivó a quedarme, aparte del sentimiento de pertenencia al lugar donde uno se forma.
A mí me empezó a apasionar la forma con la cual se veían acá las cosas. Este hospital en eso es muy particular. Había todo tipo de aparatos, tecnología, no faltaba nada. El desarrollo que tenía el departamento de docencia e investigación era muy importante. Asimismo la biblioteca, las otras residencias y el rol protagónico del hospital en la sociedad eran muy apasionantes. Mi objetivo era quedarme en la unidad coronaria luego de la residencia.
A su vez, antes de terminar la residencia, comencé a trabajar en la SAC, y creo que también fue otro objetivo que me planteé: desarrollar cierta carrera dentro de la sociedad.
Mi tío fue mi referente al principio, esa etapa que llega hasta el cuarto año de secundaria. Después me gustaban otras cosas. Yo tuve un bajón muy importante durante el primer año de la facultad, tenía materias que no me agradaban mucho, como anatomía e histología y la verdad que tenía ganas de escapar.
Después, en la residencia, con los médicos con los cuales me empecé a formar: los Dres. Raúl Olivieri y Hernán Doval fueron mi núcleo inicial.
Fue vital haber entrado en esta residencia. Fue vital haberme ganado la posibilidad de que me eligieran para poderme quedar. No sé si eso fue un mérito calculado o planificado de parte mía. Era como aprobar un examen.
Y después se fue dando otra situación, la cual no era una meta directa, la meta era progresar y competir contra uno mismo. Ver si acá uno se podía transformar en una figura de referencia ver como uno se iba ganando un nombre de a poco.
La SAC es mi referente científico, un lugar de crecimiento académico. Lo fue en mi caso y creo que representa eso para los médicos jóvenes también.
Con respecto a qué otra cosa me hubiera dedicado, probablemente a algo que tenga que ver con la física o ingeniería mecánica. Igual eso sería en el momento de estudiante, ahora estoy en otra historia, estoy más relacionado a los trabajos estadísticos, trabajos científicos, etc..
Yo tengo una asignatura pendiente, en algún momento debería haberme ido a Estados Unidos durante 2 ó 3 años. Creo que eso hubiera sido un escalón importante en mi carrera, me hubiera dado otro perfil en aquel momento.
Me gustaría transmitirles que algo muy importante es el esfuerzo. Las oportunidades pueden aparecen en cualquier momento, pero deben fijarse un objetivo: hacerse conocer en buenos términos, no buscar el éxito inmediato, ni buscar la seducción inmediata. La carrera es una cosa más lenta y progresiva. Yo soy de los que piensan que aquellos que tienen que elegir, no lo tienen que hacer por lo inmediato, sino todo lo contrario: por la persistencia, por la dedicación. Esas pequeñas anécdotas van haciendo la diferencia en la actitud, esas cosas que se hacen sin que todo el mundo las sepa, y que uno no presenta a todo el mundo para todos lo vean. Construir una imagen no es fácil, se construye paso a paso, de momento a momento.